Rodrigo Morlesin y sus perros protagonistas: Elvis nunca se equivoca y Luna Ranchera en la literatura infantil

Rodrigo Morlesin y sus perros protagonistas: Elvis nunca se equivoca y Luna Ranchera en la literatura infantil

La literatura infantil mexicana ha encontrado en Rodrigo Morlesin un narrador y diseñador de libros capaz de conjugar ternura, humor y reflexiones profundas sobre la identidad y la pertenencia. Con sus más recientes títulos, Luna Ranchera y Elvis nunca se equivoca, Morlesin consolida una voz propia que conecta a lectores jóvenes con temas universales desde la óptica de personajes de cuatro patas.

Elvis nunca se equivoca cuenta la historia de Elvis, un cachorro que debe enfrentarse a la soledad y al abandono para encontrar su lugar en el mundo. La narrativa sigue sus pasos mientras busca una familia y aprende a entender lo que significa pertenecer. Con un estilo directo y emotivo, Morlesin logra que la experiencia de Elvis sea a la vez divertida y conmovedora, abordando temas como la resiliencia, la amistad y la necesidad de ser escuchado. La colaboración con el ilustrador Satoshi Kitamura potencia la historia con trazos expresivos y llenos de vida, que invitan al lector a sumergirse en la cotidianidad del cachorro sin dramatizar la dureza de su situación. La obra ha sido reconocida como una lectura que, aunque pensada para niños, también ofrece capas de reflexión para los adultos sobre la construcción de la familia y la empatía.

Diez años después, Morlesin amplía su universo con Luna Ranchera, un álbum ilustrado bilingüe que combina la música del oeste con una historia de vínculo madre-hija entre perros. Luna, la madre, y Ranchera, su hija, atraviesan un camino lleno de desafíos, aprendiendo a apoyarse y a cantar juntas para hacerse notar en un mundo que no siempre las recibe con facilidad. Las ilustraciones de Mariana Ruiz Johnson aportan un colorido vibrante y un estilo que recuerda a la estética folk‑western, convirtiendo cada página en un espectáculo visual y narrativo. La historia, aunque sencilla en su planteamiento, profundiza en la importancia de la colaboración, la creatividad y la construcción de identidad desde la infancia.

Lo que une a ambos libros no es solo la presencia de perros como protagonistas, sino el enfoque en personajes que deben aprender a superar la adversidad, encontrar su voz y establecer conexiones significativas. Morlesin demuestra que la literatura infantil puede tratar con ligereza y humor temas complejos, como la pérdida, la búsqueda de pertenencia y la resiliencia, sin perder la ternura que caracteriza al género.

El trabajo de Morlesin también refleja su formación como diseñador de libros, con un cuidado estético que convierte la lectura en una experiencia sensorial completa. Tanto Elvis nunca se equivoca como Luna Ranchera destacan por su capacidad de involucrar al lector en mundos donde lo cotidiano se encuentra con lo extraordinario, siempre desde la perspectiva de la empatía y la curiosidad infantil.

En un panorama donde los libros para niños a menudo se limitan a divertir, Morlesin ofrece historias que también invitan a pensar, a reflexionar sobre los lazos familiares y la identidad, y a celebrar la capacidad de los más jóvenes para comprender y sentir. Sus perros no solo ladran, también enseñan, acompañan y transforman la mirada de quien los lee.