+Lecturas: Entrevista con Rocío Martínez sobre la biblioteca de Eduardo Galeano

+Lecturas: Entrevista con Rocío Martínez sobre la biblioteca de Eduardo Galeano

A los 85 años de su nacimiento, y una década después de su muerte, Eduardo Galeano sigue siendo una presencia que arde. Uruguayo, escritor, apasionado del fútbol y cronista de la dignidad latinoamericana, su obra continúa latiendo como si nunca hubiera dejado de escribir. Su mirada —tierna, filosa, insumisa— permanece como una brújula ética para quienes buscan entender el continente desde la piel, desde la memoria y desde aquello que todavía duele.

En esta nueva entrega de +Lecturas, Francisco Goñi conversó con Rocío Martínez Velázquez, directora editorial de Siglo XXI Editores en México, la casa que ha acompañado la obra de Galeano desde su primera aparición en el catálogo y que hoy mantiene vivo su legado. Martínez no solo resguarda la memoria editorial del autor: impulsa nuevas lecturas, nuevas ediciones y nuevas ventanas hacia su palabra. Bajo su dirección, la editorial prepara la publicación de Historia incompleta de México, una antología que reúne los textos de Galeano dedicados al país —una mirada crítica, luminosa y profundamente humana que dialoga con nuestro presente.

Eduardo Galeano: la palabra que rehúsa apagarse

Fue un hombre sensible a velocidad desmesurada, un cazador de palabras que rebuscó entre los escombros del tiempo la manera de hacer sobrevivir al otro: los olvidados, los silenciados, los que aún cargan la historia en la espalda.

Desde Montevideo hasta Buenos Aires, Galeano caminó dejando huellas que echaban raíces al instante. En el barro del Amazonas, en la arena de Baracoa, en el concreto quebrado del Cono Sur, su palabra fue semilla y cicatriz. Como poeta, mantuvo la piel bajo el sol que lo alimentaba; como cronista, bajo la luna que lo hacía recordar. En sus tardes de día viejo y noche joven celebraba los placeres mínimos de una tierra acostumbrada a la pena: un vino compartido, un gol de media cancha, una charla que curaba.

A los 36 años ya era un faro. Había colaborado en el mítico Marcha, dirigido el diario Época en Argentina y fundado la revista Crisis, tribuna de una izquierda latinoamericana que buscaba pensarse desde la herida. En 1971 publicó Las venas abiertas de América Latina, el libro que lo convirtió en una voz imprescindible y en un exiliado perpetuo. Expulsado de Uruguay y Argentina, entendió que la palabra podía incendiar sin consumir el cuerpo, que escribir era una forma de resistencia.

En Días y noches de amor y de guerra (1978) condensó su rabia y su ternura, su certeza de que la libertad también es una emoción política. Es un libro que vibra entre la crónica, la poesía y la memoria; un testimonio de los años del plomo donde cada página duele y respira.

Galeano se negó al silencio. Convirtió su escritura en un acto de reparación, un gesto de ternura hacia quienes ya no podían hablar.

La biblioteca Galeano en Siglo XXI Editores

Durante la conversación con Francisco Goñi, Rocío Martínez compartió cómo la editorial se ha convertido en guardiana de una obra que sigue encontrando lectores nuevos cada año. Títulos como Patas arriba, La casa de las palabras, Los animales del día y la noche y la próxima Historia incompleta de México mantienen su vigencia en un país que sigue buscando respuestas en su propia herida.

Para Martínez, publicar a Galeano ha significado sostener un diálogo constante con la memoria latinoamericana. Cada reedición, cada nuevo lector, confirma que su escritura no pertenece solo a las bibliotecas: vive en los estadios, en las aulas, en las calles donde se grita justicia, en las cocinas donde se conversa sobre el pan y la patria.

Galeano hoy: la llama encendida

En Librerías Gandhi, la obra del autor uruguayo sigue siendo un refugio para quienes buscan comprender este continente indómito. Sus libros, como él, no envejecen: respiran, se mueven, dialogan con la realidad.

A 85 años de su nacimiento, Eduardo Galeano sigue habitando nuestras venas. En cada frase suya, la historia arde y se renueva. Y gracias a la labor editorial de Siglo XXI Editores y a la visión de Rocío Martínez, su palabra continúa viva, encendida, necesaria.

Porque leer a Galeano es abrir una herida y descubrir que aún sangra esperanza.