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“Juicio a una zorra”: el mito de Helena de Troya, reescrito desde el abismo

“Juicio a una zorra”: el mito de Helena de Troya, reescrito desde el abismo

En el escenario íntimo de La Teatrería, en la Ciudad de México, una figura mítica revive para contar su versión de la historia. Juicio a una zorra, monólogo escrito por el español Miguel del Arco y dirigido por Alonso Íñiguez, da voz a Helena de Troya, la mujer que ha cargado durante siglos con el estigma de ser la culpable de una guerra.

La actriz Itatí Cantoral encarna a esta Helena con una mezcla feroz de vulnerabilidad, ironía y rabia contenida. Frente a una larga mesa cubierta de botellas y copas de vino —metáfora del exceso, del juicio, del tiempo detenido—, la protagonista se desnuda emocionalmente. No está allí para pedir perdón: está para exigir que se escuche su verdad.

Durante poco más de una hora, Helena desafía los relatos escritos por los hombres. Reivindica su derecho a no ser símbolo sino persona. Habla del deseo, de la violencia, del castigo histórico que implica haber sido deseada. Lo hace con una lucidez dolorosa, desmitificando su propia imagen y devolviendo humanidad al personaje que durante siglos ha sido reducido a un rostro bello y culpable.

La propuesta escénica es minimalista pero poderosa: sin más efectos que la luz precisa y una mesa que funciona como altar, banquete o tribunal, la obra se apoya totalmente en el cuerpo y la voz de la actriz. Y es ahí donde Cantoral brilla: sostiene el texto con una energía que no decae, jugando con distintos registros emocionales que van del sarcasmo al llanto, de la seducción al reclamo.

Estrenada originalmente en España, la obra ha encontrado eco en distintos países por su capacidad de dialogar con los discursos actuales sobre género, memoria e historia. Esta versión mexicana no solo mantiene esa vigencia, sino que potencia el texto desde una sensibilidad cercana, contemporánea y urgente.

Juicio a una zorra estará en cartelera hasta el 31 de agosto, con funciones de viernes a domingo. Es un montaje que desafía, conmueve y deja una pregunta flotando en el aire: ¿quién tiene derecho a contar la historia?