El artificio del silencio. Un encuentro con María del Mar Ramón

Por Carina Vallejo

En la fil Guadalajara, María del Mar Ramón se presenta con la energía de quien pisa por primera vez un territorio soñado. Su entusiasmo contrasta con la densidad de la obra que trae bajo el brazo: La memoria es un animal esquivo (Hachette, 2025). No es una novela de reconciliaciones fáciles; es, en sus propias palabras, un “drama familiar para quienes tienen vínculos complejos”.

Lo que comenzó como una curiosidad generada por el mito de Caín y Abel, y que se transformó en una pregunta —¿por qué dos hermanos dejan de hablarse más allá del dinero?— terminó convirtiéndose en una tesis sobre la subjetividad. “La novela me lanzó una hipótesis: recordamos de manera diferente. Los momentos que nos traumatizan y consolidan nuestra identidad los compartimos con hermanos que tienen versiones distintas. La memoria es personal, volátil e inestable”, explica la autora colombiana.

Esta premisa la empujó a un desafío técnico: la primera persona. Para narrar el recuerdo, necesitaba a alguien que recordara, pero que no fuera de fiar. Así nació su protagonista: un pintor de 70 años llamado Juan Francisco que narra sus memorias de manera poco confiable, lo cual obliga al lector a sospechar de cada pincelada de su pasado. 

El mutismo

Uno de los aspectos más agudos de la novela es la decisión de centrarse en un universo casi exclusivamente masculino. En un mundo literario donde a menudo la gestión del secreto familiar recae en “cónclaves de tías”, Ramón opta por observar cómo los hombres gestionan —o mejor dicho, no gestionan— el dolor.

En La memoria es un animal esquivo, el silencio es una presencia que pudre a los personajes por dentro. Los personajes, hombres criados en los años 60 bajo estructuras rígidas, no tienen palabras para nombrar su vulnerabilidad: “Y ese gran dolor que desborda toda la novela nunca se nombra. Es una novela sobre un gran dolor que desborda, pero que nunca se nombra. Sólo se refieren a él como ‘lo que nos pasó’. Esta situación para mí sólo es posible en el universo masculino”. Incluso el personaje que decide dejar de hablar tras una muerte inesperada es un símbolo de esta imposibilidad de expresión. 

Sin embargo, Juan Francisco, siendo artista, busca una salida a ese silencio a través de la pintura. Intenta encontrar un idioma que no pase por la palabra que le ha sido negada o que él mismo se niega a usar.

Lo honesto de la crueldad 

Ramón huye de los personajes ejemplares. Le interesa, por el contrario, la crueldad humana y cómo esta genera un puente de empatía secreto con el lector. Hay algo liberador en reconocerse en la mezquindad de un personaje insoportable. “La vulnerabilidad es algo que se puede ocultar, pero no se puede fingir”, dice la escritora. Al crear personajes falibles y a veces crueles, invita al lector a un juego moral: ¿por qué sentimos empatía por alguien que está haciendo daño?

Al final, La memoria es un animal esquivo no busca ser un manual de autoayuda familiar. El valor del libro reside en la pregunta que deja sembrada: ¿y si no tenemos razón sobre nuestro propio pasado?+ 

Semblanza 

María del Mar Ramón (Bogotá, 1992) es una escritora y columnista colombiana radicada en Argentina. Es autora de las novelas La memoria es un animal esquivo y Todo lo que aprendí de la psicofonía, además del libro de no ficción Coger y comer sin culpa. Fue columnista de VICE y publica ensayos en medios como El País, Periódico de Poesía unam, Volcánicas, Latfem y Página 12. En 2024 lanzó el pódcast Los guardianes de la espada, elegido por la Fundación Gabo como uno de los diez mejores trabajos sonoros del año.

Tres razones para leer a María del Mar Ramón

1.Su producción literaria se distingue por una versatilidad que transita con éxito entre el ensayo crítico y la ficción de largo aliento. 

2. Su obra propone conversaciones fundamentales en torno a los feminismos, el cuerpo y el poder, por mencionar algunos.  

3. Si disfrutas del lenguaje por el lenguaje mismo, sus textos son un banquete de precisión y creatividad.