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Carta Editorial | El peso de la memoria y la resistencia del papel

Carta Editorial | El peso de la memoria y la resistencia del papel

Carta editorial | El peso de la memoria y la resistencia del papel

1 de enero 2026

Llegar al número 200 de una revista impresa en 2025 es, estadísticamente, una anomalía. El hecho de que sostengas este ejemplar en tus manos confirma que nuestras ideas siguen necesitando de un soporte físico que las albergue. A diferencia de un artículo en una pantalla (que desaparece al cerrar una pestaña), una revista física ocupa un espacio en el mundo, envejece con nosotros y habla de quiénes éramos cuando la leímos por primera vez. ¿Cuántas de nuestras certezas actuales sobrevivirían si no tuviéramos un registro físico de ellas? ¿Qué perdemos cuando renunciamos a la pausa que exige pasar una página?

A lo largo de estas doscientas ediciones, hemos visto cambios en las modas literarias, el nacimiento de nuevas voces y la transformación de los formatos en los que leemos; también nos hemos dado cuenta de que las lectoras y los lectores no sólo buscan información, buscan además una curaduría que los ayude a transitar por la bastedad de novedades editoriales.

Por eso, en esta edición especial reunimos voces que, desde varios frentes diseccionan el ser humano. Contar con Liliana Blum es asomarse a las sombras que habitan en la cotidianeidad; su literatura nos obliga a preguntarnos: ¿hasta dónde estamos dispuestos a mirar dentro de nosotros mismos antes de apartar la vista? Por otro lado, la presencia de María del Mar Ramón nos plantea una duda fundamental: ¿qué tanto de lo que recordamos es verdad y qué tanto es una construcción para poder sobrevivir a nuestro pasado?

El diálogo continúa con Antonio Lorente, cuya mirada nos devuelve una nueva forma de acercarnos a El Principito. Kiko Amat, quien desde su particular estilo nos recuerda que la cultura también es ruido, disidencia y calle, y con Xavier Velasco, un autor que ha sabido capturar el pulso de una ciudad que nunca termina de escribirse.

Además de estas conversaciones de fondo, este número estrena espacios que buscan conectar con la comunidad desde ángulos menos rígidos. El Fandom del mes nace como un reconocimiento a esos lectores que habitan los universos literarios, creando comunidades que trascienden el libro mismo.

Una de las adiciones que más nos entusiasma es la sección de Yo confieso. A menudo idealizamos a los escritores, imaginándolos rodeados solo de clásicos inalcanzables. Sin embargo, en este número, Jorge F. Hernández rompe el cristal de esa vitrina para revelarnos lecturas que nadie sospecharía. Este ejercicio de vulnerabilidad literaria nos devuelve a la realidad: todos somos lectores de placeres culpables, de libros que nos encontraron en momentos extraños y que no figuran en los cánones académicos. ¿Por qué nos sentimos obligados a ocultar ciertos libros? ¿Qué dice de nosotros aquello que leemos cuando nadie nos mira?

Para los más jóvenes —y para quienes aún guardan esa curiosidad intacta—, dedicamos un espacio robusto a la literatura infantil y juvenil. No como un género menor, sino como el cimiento de todo lo demás. Si no formamos lectores con capacidad crítica hoy, ¿qué tipo de conversaciones tendremos dentro de otros 200 números? La LIJ es, posiblemente, el laboratorio de empatía más importante que tenemos.

Gracias a cada persona que ha colaborado con nosotros, fotógrafos, diseñadores, escritores y, especialmente, a quienes nos han leído. Gracias por estos 200 encuentros. Esperamos que cuando cierres estas páginas, te lleves un puñado de preguntas nuevas (y la lista de los próximos libros que te acompañarán).+