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Atmosphere. Una historia de amor, de Taylor Jenkins Reid (Stefano, 2025)

Atmosphere. Una historia de amor, de Taylor Jenkins Reid (Stefano, 2025)

29 DE DICIEMBRE DE 1984

Joan Goodwin llega al Centro Espacial Johnson mucho antes de las nueve, y en Houston ya hace un calor sofocante y húmedo. Siente el sudor que se le acumula en el nacimiento del pelo mientras recorre las instalaciones hacia el edificio que alberga el Centro de Control de Misión. Sabe que es por el calor. Pero también sabe que no se debe solo a eso.

La labor que tiene que desempeñar hoy es una de sus favoritas de su trabajo como astronauta. Es la CAPCOM, la comunicadora con la cápsula, del equipo de vuelo Orión para la misión STS-LR9, el tercer vuelo del transbordador Navigator.

La CAPCOM es la única persona del Centro de Control de Misión que se comunica directamente con los tripulantes del transbordador, y la suya es una de las numerosas labores que desempeñan los astronautas cuando no están en el espacio.

Es algo que Joan tiene que explicarle a menudo a la gente cuando va a alguna fiesta, algo que no ocurre con frecuencia. Que los astronautas entrenan para ir al espacio, sí, pero que también ayudan a diseñar las herramientas y los experimentos, prueban los alimentos, preparan el transbordador, les enseñan a los estu- diantes lo que puede hacer la NASA, abogan por los viajes espaciales en Washington y hablan con la prensa, entre otras cosas. La lista es agotadora.

Ser astronauta no implica solo ir al espacio, sino también ser un miembro del equipo que ayuda a los tripulantes a llegar hasta allí.

Además, Joan ya ha estado ahí arriba. En casa, en la mesilla de noche, tiene ese talismán tan difícil de conseguir que todos los astronautas anhelan: el pin dorado. La prueba de que ha sido una de las pocas personas a las que han elegido para salir de este planeta.

Ha visto el azul resplandeciente y espectacular de los siete océanos desde trescientos veinte kilómetros. ¿Cerúleo? ¿Cobalto?

¿Azul marino? No había ningún tono lo bastante intenso como para describirlo. El noventa y nueve coma nueve por ciento de los seres humanos que han existido no han visto jamás ese tono de azul. Ella sí.

Pero ahora está en Houston, con los pies en tierra firme, y tiene un trabajo que hacer.

De modo que, cuando entra en el Centro de Control de Misión esa mañana con un café solo en la mano, está relajada. No está nerviosa ni aterrada ni devastada.

Todo eso llegará después.

Joan entra en la sala de control a través de la sala de observación. Contempla durante un momento al grupo del turno anterior mientras prepara a dos de los especialistas de la misión para su caminata espacial.

Su jefe, el director del equipo de vuelo Orión, Jack Katowski, ya está allí para que el director de vuelo del turno anterior lo ponga al día.

Jack tiene el pelo rapado, las sienes canosas y fama de ser sumamente estoico, incluso en una organización conocida por su estoicismo.

Aun así, lleva mucho tiempo apoyando a Joan en su labor como CAPCOM, y forman un buen equipo. Es algo de lo que Joan se enorgullece: el hecho de ser una compañera excelente.

Sobre todo, con la tripulación de la STS-LR9, que está compuesta casi en su totalidad por astronautas de su promoción.

El comandante Steve Hagen había sido uno de sus profesores, pero el resto de la tripulación (el piloto Hank Redmond y los especialistas de la misión John Griffin, Lydia Danes y Vanessa Ford) son las personas con las que Joan ha llegado hasta allí, con las que se ha formado, con las que ha aprendido a llevar a cabo ese trabajo.

No son solo sus amigos; algunos de ellos son su familia. Y el pasado complicado que comparte con cada uno de ellos es parte del motivo por el que Joan es justo la CAPCOM que necesitan hoy, pero, a su vez, también la convierte en la persona menos indicada para la tarea.

La misión del transbordador es lanzar el Arch-6, un satélite de observación terrestre para la Armada de los Estados Unidos. Sin embargo, ayer, el segundo día de vuelo, cuando el equipo se disponía a desplegar el Arch-6, el mecanismo de sujeción de la carga no respondía.

Esta mañana han estado preparando a Vanessa Ford y a John Griffin para una caminata espacial, para que puedan ir a la bahía de carga y retirar los pernos de manera manual.

Joan se une al equipo en el centro de control de vuelo. Le da los buenos días a Ray Stone, el cirujano de vuelo, y saluda con la cabeza a Greg Ullman, el EECOM, el encargado de los sistemas eléctricos, ambiente y consumibles.

El CAPCOM del turno anterior, Isaac Williams, la pone al día y la informa sobre la telemetría y la cronología. Ford y Griff llevan sus trajes espaciales. Completarán el periodo de preoxigenación en seis minutos.

Isaac se marcha y Joan asume su puesto en la consola.