Así brillaron los National Book Awards 2025: narrativas que estremecen, iluminan y transforman.
La noche del 19 de noviembre, Nueva York volvió a convertirse en el epicentro literario de Estados Unidos con la edición 76 de los National Book Awards. El premio, creado en 1950 y administrado desde 1989 por la Fundación Nacional del Libro, reconoce cada año a las mejores obras publicadas en el país en cinco categorías: Ficción, No ficción, Poesía, Literatura Traducida y Literatura Juvenil. Más allá del galardón económico y la tradicional escultura de bronce, la ceremonia destaca por su capacidad de mostrar cómo la literatura aborda las tensiones culturales, políticas y emocionales del presente.
Rabih Alameddine gana en Ficción con un retrato íntimo del exilio y la familia
El premio de Ficción fue para Rabih Alameddine (Jordania, 1959) y su novela The True True Story of Raja the Gullible (and His Mother) (Grove Press / Grove Atlantic). El autor libanés-estadounidense, finalista del mismo premio en 2014, ofrece aquí una historia que oscila entre el humor melancólico y la memoria familiar.
La novela sigue la vida de Raja, profesor de filosofía en Beirut que se debate entre el afecto por su madre Zalfa y las incertidumbres de un país en constante cambio. Una invitación a una residencia en Estados Unidos lo impulsa a revisar décadas de pérdidas, torpezas y afectos no resueltos. Con su sello característico —ironía, ternura y mirada crítica sobre el exilio— Alameddine construye una obra que explora los vínculos que sostienen la identidad incluso en medio de la inestabilidad.
Omar El Akkad gana el premio de No ficción con una mirada urgente y necesaria
En No ficción, el ganador fue Omar El Akkad (Egipto, 1982) con One Day, Everyone Will Have Always Been Against This (Knopf / Penguin Random House). El libro parte del estallido de violencia en Gaza en 2023 y del tuit del autor que dio la vuelta al mundo, para transformar esa experiencia en una serie de ensayos sobre poder, silencio y desigualdad.
Patricia Smith triunfa en Poesía con un volumen que celebra la fuerza de la palabra
El premio de Poesía reconoció a Patricia Smith (Estados Unidos, 1955) por The Intentions of Thunder: New and Selected Poems (Scribner / Simon & Schuster). Smith reúne en este volumen poemas nuevos junto a textos clave de su trayectoria.
Su obra se caracteriza por la energía rítmica, la crítica social y la exploración de la memoria afroamericana. En este libro, esas líneas se entrelazan para mostrar una voz en permanente expansión, capaz de transformar el dolor histórico y la experiencia cotidiana en un gesto de resistencia.
Gabriela Cabezón Cámara obtiene el premio de Literatura Traducida con una fábula feroz.
En Literatura Traducida, la ganadora fue Gabriela Cabezón Cámara (Argentina, 1968) con “We Are Green and Trembling” (New Directions Publishing) traducida por Robin Myers o “Las niñas del naranjel” (Random House) título en español. La autora argentina reescribe la figura de la Monja Alférez desde un registro barroco, lúdico y profundamente crítico de los mitos coloniales.
La novela sigue la huida de Erauso junto a dos niñas guaraníes, y convierte la selva en un territorio donde los géneros, las identidades y los lenguajes se transforman. Con humor oscuro y una mirada aguda sobre la violencia histórica, Cabezón Cámara desestabiliza la tradición para imaginar nuevas formas de contar la historia latinoamericana.
Daniel Nayeri gana Literatura Juvenil con una aventura sobre identidad y supervivencia
El premio de Literatura Juvenil fue para Daniel Nayeri (Irán,1982) y su novela “The Teacher of Nomad Land: A World War II Story” (Levine Querido) . Ambientada en 1941, durante la ocupación de Irán por fuerzas británicas y soviéticas, la obra narra la historia de Babak, un joven que decide seguir el oficio de su padre para evitar que él y su hermana sean separados. Nayeri combina aquí aventura histórica y reflexión sobre las múltiples formas de resistir en tiempos de guerra.
Con voces procedentes de distintos lugares del mundo, la edición 76 de los National Book Awards reafirma que la literatura continúa siendo un espacio donde las historias pueden enfrentar la violencia, la memoria y la desigualdad sin renunciar a la imaginación. Este año, los libros premiados comparten una convicción: que la narrativa, en cualquiera de sus formas, sigue siendo una manera de iluminar zonas que permanecen en sombra.





