Los riesgos del ‘cuerpo ideal’: la investigación de Ana Lilia Pérez sobre un mercado sin control.
En su nuevo libro, “El cuerpo perfecto” (Grijalbo), la periodista mexicana Ana Lilia Pérez examina de manera rigurosa un fenómeno que ha crecido en silencio: la expansión de una industria estética que opera entre la aspiración al “cuerpo ideal” y la normalización de prácticas irregulares capaces de poner en riesgo la vida de miles de personas. En conversación con Diana Amador la autora detalla el proceso de investigación que la llevó a documentar desde intervenciones clandestinas hasta los efectos de la presión social amplificada por redes e influencers.
Pérez, reconocida por una trayectoria marcada por investigaciones sobre corrupción y abuso de poder, se aproxima aquí a un territorio distinto pero conectado por la misma lógica de vulnerabilidad y explotación. Su indagación parte de una observación extendida en México y otros países: el crecimiento de procedimientos estéticos de bajo costo, realizados por personas sin certificación, en espacios improvisados y bajo el uso de sustancias ilegales o peligrosas. La periodista identifica este fenómeno como un problema de salud pública que se ha mantenido fuera de los debates centrales, pese al aumento constante de casos graves y muertes vinculadas a estas prácticas.
Durante la entrevista, Pérez explica que su investigación se apoyó en expedientes médicos, testimonios de víctimas y familiares, así como en la revisión de prácticas que operan en zonas grises o completamente fuera de regulación. El libro expone cómo la idea del “cuerpo mejorado” se ha convertido en una mercancía que aprovecha la insatisfacción corporal, alimentada por filtros digitales, algoritmos y discursos que prometen cambios inmediatos y sin riesgos. Sin embargo, la autora enfatiza que detrás de esa narrativa existe un mercado informal que emplea rellenos no autorizados, materiales tóxicos y procedimientos realizados con instrumentos inadecuados o sin medidas sanitarias.
La conversación con Amador también recupera la dimensión emocional del trabajo: el encuentro con historias marcadas por daños permanentes, secuelas físicas severas y silencios motivados por la vergüenza o el miedo a ser culpabilizados. Pérez señala que muchas víctimas enfrentan además barreras institucionales para denunciar o para acceder a reparaciones efectivas.
El libro incluye imágenes sensibles, cuya presencia responde —según relata la autora— a la necesidad de mostrar con claridad las consecuencias que la publicidad y las narrativas aspiracionales suelen borrar. Al hacerlo, busca que el lector confronte la distancia entre el ideal estético y las condiciones reales en las que miles de procedimientos se realizan en el país.
Aunque “El cuerpo perfecto” marca un giro temático en su obra, Pérez conserva el enfoque que la ha caracterizado en sus investigaciones anteriores: el cruce entre economía, poder y prácticas que se sostienen a costa del daño ajeno. En la entrevista, reflexiona también sobre su interés por explorar nuevos caminos de escritura en el futuro, después de haber transitado entre el reportaje, el ensayo y la crónica.
El resultado es un libro que interpela tanto al lector como a las instituciones públicas, y que invita a cuestionar un modelo de belleza construido a partir de presiones, opacidades y riesgos que rara vez se exponen con toda su gravedad.
