Celebrar lo raro: un libro que enseña a mirar con otros ojos

Celebrar lo raro: un libro que enseña a mirar con otros ojos

En Raros, la ilustradora Valeria Gallo invita a los lectores más jóvenes —y también a los adultos que los acompañan— a mirar con ternura aquello que nos hace distintos. Su nuevo libro álbum silente, sin una sola palabra, logra lo que muchos discursos no consiguen: contar una historia universal sobre la diversidad y la empatía.

En sus páginas desfilan personajes de todas las tallas, colores y formas: con o sin vello, de piel azul, amarilla o rosácea. Al principio, parecen desconfiar unos de otros. Se miran de reojo, se apartan, marcan distancia. Pero entre esa multitud de cuerpos y gestos aparece una chispa: dos niñas que se atreven a jugar juntas, descubriendo que sus diferencias no las separan, sino que las acercan. Ese gesto pequeño, casi imperceptible, se convierte en un punto de inflexión.

A partir de ese encuentro, las páginas —antes divididas— comienzan a llenarse de movimiento y color. Los personajes, que al inicio se juzgaban desde la distancia, terminan riendo juntos, creando juegos y nuevas formas de convivir. La aparente “rareza” se transforma entonces en una celebración de la otredad, un recordatorio de que ser diferente no es motivo de vergüenza, sino una oportunidad para ampliar el mundo.

La propuesta de Gallo no necesita palabras porque su fuerza radica en lo visual: cada trazo cuenta una historia. Las expresiones, los colores y las composiciones construyen una narrativa emocional que permite a los lectores más pequeños comprender el mensaje con naturalidad. En Raros, el silencio habla, y lo hace con dulzura y sentido del humor.

Este libro álbum, editado con la sencillez y el cuidado que caracterizan la obra de Gallo, rompe con lo cotidiano y propone un espacio donde todos caben. Su lectura es una experiencia compartida que invita a conversar sobre los prejuicios, la empatía y la belleza de lo diverso.

En tiempos donde las diferencias suelen ser motivo de división, Raros nos recuerda, con delicadeza y sin palabras, que todos somos un poco extraños, y que en esa rareza se encuentra nuestra mayor riqueza. Una lección luminosa para lectores de todas las edades.