Sueño Olímpico: correr también es escribir la historia
En el atletismo —como en la literatura— hay quienes corren por velocidad y quienes corren por significado. Sueño Olímpico, escrito a cuatro manos por Jorge Cuevas y Juan Luis Barrios, pertenece a esa segunda categoría: una historia de resistencia, mente y comunidad que trasciende la pista para convertirse en una reflexión sobre lo que significa luchar por un sueño en México.
Publicado por Grijalbo (Penguin Random House) en el verano de 2025, el libro ha sorprendido incluso a su propia editorial: en apenas tres meses va por su segunda reimpresión, un fenómeno poco común en el terreno de la literatura deportiva nacional. Su éxito no sólo se explica por el carisma de sus autores, sino por la manera en que logra conectar con lectores de mundos tan distintos como el deporte, la empresa, la educación o el bienestar personal.
La carrera detrás del corredor
El corazón del libro es la historia de Juan Luis Barrios, doble finalista olímpico y uno de los grandes referentes del atletismo mexicano. Desde la primera página, Sueño Olímpico expone con una honestidad poco habitual el vértigo del esfuerzo, el miedo antes del disparo de salida y la soledad de quien corre en la línea más alta del rendimiento humano.
Pero no se trata de una biografía heroica, sino de una mirada “sin tapujos” —como la definen sus autores— sobre los costos y las convicciones de un atleta que se rehúsa a retirarse del todo. En el fondo, el libro propone una lectura coral: detrás del corredor hay entrenadores, amigos, familia y comunidad, todos ellos corriendo en la misma dirección. En ese sentido, la obra funciona como un retrato de la fuerza colectiva que sostiene los sueños individuales.
Dos voces que se encuentran en la meta
Cuevas y Barrios se complementan como dos atletas en una carrera de relevos.
Jorge Cuevas, autor de El busca locos, Liderazgo Quántico y Maratón, es un narrador con experiencia en transformar historias de esfuerzo en lecciones de vida. A lo largo de 25 años y más de una decena de libros publicados, ha desarrollado una voz que combina humor, disciplina y motivación sin caer en el cliché de la autoayuda.
Por su parte, Juan Luis Barrios —dos veces finalista olímpico y referente del atletismo latinoamericano— aporta el testimonio, la mirada desde la pista. Formado bajo la guía del legendario Tadeusz Kempka, Barrios rompió moldes dentro del atletismo nacional: demostró que el éxito no sólo se mide en medallas, sino en la capacidad de reinventarse, enseñar y acompañar a nuevas generaciones desde su natal Toluca.
Ambos comparten una misma energía: la de romper moldes, la de desafiar los límites, la de convertir el cansancio en aprendizaje.
Un libro que corre más allá del deporte
El fenómeno de Sueño Olímpico ha desbordado el circuito deportivo.
Las presentaciones en librerías se han agotado en cuestión de horas; en ferias y carreras, los lectores hacen fila para conseguir su ejemplar firmado; y en ámbitos empresariales y académicos, el libro se ha leído como una guía sobre mentalidad, resiliencia y enfoque frente a los desafíos contemporáneos —desde el entrenamiento físico hasta la inteligencia artificial.
En universidades de ciencia y tecnología se estudia como ejemplo de disciplina y sensibilidad creativa, mientras que en clubes de wellness se ha integrado como lectura para fortalecer tanto el cuerpo como la mente. No es sólo una crónica deportiva: es un testimonio sobre la vida y la voluntad.
El prólogo y la promesa
El libro cuenta con un prólogo de Alejandro Cárdenas, figura emblemática del atletismo mexicano, quien recuerda que “los sueños olímpicos no se corren en el estadio, sino en cada madrugada en la que uno decide no rendirse”. Esa frase, que atraviesa toda la obra, condensa el espíritu de un texto que busca inspirar sin idealizar, celebrar sin fingir.
Sueño Olímpico es, en el fondo, una invitación a correr distinto: con el cuerpo, con la mente y con la historia a cuestas.
Porque, como escribe Jorge Cuevas en una de sus páginas,
“Cada paso es una palabra; cada meta, un punto y seguido”.
