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Ciencia ficción que interroga lo humano: de la Tierra transformada a los mundos virtuales

Ciencia ficción que interroga lo humano: de la Tierra transformada a los mundos virtuales

La ciencia ficción contemporánea, lejos de limitarse a universos distantes o a aventuras galácticas, encuentra en la intimidad y en lo social un terreno fértil para explorar dilemas humanos y tecnológicos. Dos recientes publicaciones del Fondo de Cultura Económica lo demuestran: Carne, de Philip José Farmer, y Las mansiones de Zatar, de Kyra Galván.

Carne, publicada dentro de la Colección Popular de ciencia ficción del FCE, plantea un regreso inesperado: después de un viaje de casi 800 años en busca de planetas colonizables, los tripulantes de la nave Terra vuelven a la Tierra para descubrir un mundo transformado. La humanidad ha retrocedido tecnológicamente y se rige ahora por un culto a la fertilidad que regula prácticas rituales y sociales, muchas de ellas de carácter sexual. Peter Stagg, protagonista de la historia, se ve obligado a participar en estos ritos, enfrentándose a ciudades donde las costumbres nocturnas y los rituales de fertilidad son la norma. La tensión surge de la confrontación entre los valores y conocimientos de los viajeros y las imposiciones de una cultura radicalmente distinta, desencadenando una rebelión que cuestiona la autoridad de las nuevas estructuras.

En contraste, Las mansiones de Zatar, se adentra en un país ficticio llamado Texico, explorando la interacción entre lo emocional y lo tecnológico. La novela sigue a Liliana, una mujer de sesenta y pocos años que atraviesa una depresión tras el suicidio de su hijo. Participa en un programa experimental que le asigna un perro robot con inteligencia artificial, Dagaz, como acompañante psicológico. Pronto, Dagaz inicia una investigación sobre la muerte del hijo de Liliana, la cual se conecta con un videojuego que comparte el título de la obra. La historia despliega actos inhumanos, promesas de premios y abusos dentro del juego, mientras se entrelazan elementos sociopolíticos como la pérdida de territorio, la militarización y el narcotráfico.

Ambas novelas comparten un hilo común: la ciencia ficción como espejo de la condición humana. Mientras Carne, explora los límites del cuerpo, la religión y los rituales en un mundo alterado, Las mansiones de Zatar reflexiona sobre el duelo, la inteligencia artificial y las estructuras de poder en un contexto contemporáneo distópico. La lectura de estas obras invita no solo a la contemplación y al entretenimiento, sino a cuestionar lo que entendemos por “humano” y cómo nuestras fronteras se desdibujan frente a lo artificial, lo ritual y lo político.

En conjunto, Farmer y Galván demuestran que la ciencia ficción en español sigue siendo un espacio de reflexión y provocación, capaz de conjugar la intimidad con lo colectivo, el presente con lo imaginado, y la emoción con la crítica social.