Ver el mundo en náhuatl: cómo la lengua da forma a los colores
El color no solo se ve: se nombra, se siente y se comprende a través de la lengua y la cultura. Esta es la premisa de “Nombrar y Pensar el Color en la Cultura Náhuatl Prehispánica”, el libro de Élodie Dupey que invita a repensar la percepción cromática desde la mirada de los pueblos nahuas.
Dupey parte de una pregunta sencilla pero profunda: ¿cómo condiciona la cultura los colores que vemos? Para responderla, la autora recurre al enfoque etnolingüístico, centrando su análisis en la relación entre lengua y percepción del color en la cultura náhuatl. Su investigación no se limita a la mera tonalidad de los pigmentos, sino que reconstruye la sensibilidad al color de los hablantes del pasado a través de su expresión verbal y de las categorías cromáticas propias de su mundo.
Este enfoque representa un avance respecto a estudios previos, que solían limitarse a clasificaciones técnicas de colores sin considerar el entramado cultural y simbólico que los rodea. Dupey demuestra que los colores no son solo un fenómeno físico, sino un lenguaje que articula rituales, objetos, vestimenta y creencias. Comprender cómo los nahuas nombraban y pensaban los colores permite así acercarse a su cosmovisión de manera más completa.
El libro explora cómo las palabras para designar el color reflejan la relación de los pueblos nahuas con la naturaleza, los dioses y la sociedad. Por ejemplo, un color no se define únicamente por su apariencia, sino por su función, su contexto ritual y su significación simbólica. Esta reconstrucción lingüística y cultural permite imaginar cómo se interpretaban los códices, los templos y la indumentaria, ofreciendo un lente único para la antropología y la etnolingüística.
Más allá de la academia, “Nombrar y Pensar el Color en la Cultura Náhuatl Prehispánica” subraya la importancia de preservar el conocimiento de las lenguas indígenas y su manera particular de ver el mundo. La obra es un aporte fundamental para los estudios mesoamericanistas, pues evidencia que el color es un hilo conductor entre lenguaje, cultura e historia.
En última instancia, Dupey invita al lector a mirar los colores con nuevos ojos: no solo como matices físicos, sino como expresiones de una cosmovisión que aún late en la lengua y la cultura náhuatl, recordándonos que lo que nombramos moldea lo que percibimos.
