Humor y resistencia: el legado de Antonio Skármeta
Por Yara Vidal
La poesía es un arma cargada de futuro, y los libros son el fuego que la enciende.
Antonio Skármeta
Chile resuena con el vigor de sus creadores y entre ellos sobresale Antonio Skármeta. Escritor, guionista y diplomático, a nueve meses de su partida, ocurrida el 15 de octubre de 2024, sigue siendo una figura esencial en la literatura latinoamericana, reconocido por novelas que entrelazan amor, política y resistencia, así como por su incansable labor como promotor cultural. Con un legado que trasciende fronteras, Skármeta no sólo dio voz a las heridas de su nación, sino que impulsó a nuevas generaciones a través de su compromiso con la educación y la cultura.
Nacido el 7 de noviembre de 1940 en Antofagasta, Chile, se formó en una familia de raíces croatas, un legado que enriqueció su mirada multicultural. Estudió Filosofía en la Universidad de Chile y Literatura en la Universidad de Columbia, Nueva York. Enseñó en varias universidades chilenas y norteamericanas, tradujo clásicos estadounidenses, escribió y dirigió teatro y cine. Su camino literario tomó impulso con El entusiasmo (1967), pero Ardiente paciencia (1985), forjada en su exilio alemán tras el golpe de 1973, lo proyectó al reconocimiento mundial. Adaptada al cine como Il Postino (1994), dirigida por Michael Radford, esta obra narra la amistad entre un cartero y Pablo Neruda, un relato que fusiona ternura y resistencia bajo la dictadura de Pinochet.
La obra de Skármeta es un mosaico de emociones y compromiso político. La composición (1998), escrita durante su exilio, retrata la vida bajo censura desde la mirada de un niño, con una crítica sutil pero potente. La boda del poeta (1999) y El baile de la victoria (2003) ―esta última llevada al cine por él mismo― exploran redención y amor en un Chile postdictatorial, tejiendo historias que equilibran tragedia y esperanza. Su narrativa, vibrante con diálogos y un matiz casi fílmico, recuerda a Gabriel García Márquez, aunque se arraiga en una realidad más cotidiana que mágica. Estas novelas son testigos de un autor que transforma el dolor de su país en arte accesible.
Como impulsor cultural también dejó un sello perdurable, pues en su exilio berlinés organizó talleres que abrigaron a escritores latinoamericanos en un bastión de creación resistente. Cuando regresó a Chile en los 80, asumió el rol de embajador cultural, y promovió la literatura chilena en Europa y América. Como director del Festival Internacional de Cine de Valdivia, entre 1999 y 2005, llevó el cine chileno a un escenario global, de hecho, apoyó a directores como Andrés Wood. Esta labor refleja su fe en la cultura como sanación. También marcó una huella distintiva en la televisión chilena con El show de los libros ―iniciado en 1992 en Televisión Nacional de Chile (tvn)―, un espacio que combinó entrevistas y cápsulas literarias, y que fue seguido por más de un millón de espectadores.
Su legado se ha extendido a talleres y charlas que motivaron a escritores como Alejandro Zambra, quien destaca la influencia de Skármeta en la narrativa chilena actual. Además, su herencia ha trascendido su obra escrita. Su vida, marcada por el exilio y el retorno, encarna la resiliencia de un pueblo que ha sabido renacer tras la dictadura.
Este 2025, Chile lo honra con lecturas públicas, exposiciones en la Biblioteca Nacional y proyecciones de sus adaptaciones cinematográficas, un testimonio de su aporte a la identidad nacional. Su narrativa, traducida a más de 20 idiomas, ha alcanzado lectores en Europa y Asia, lo que lo ha consolidado como un embajador cultural que lleva el alma de Chile al mundo.
Antonio Skármeta es un faro de la literatura chilena. Sus novelas, desde Ardiente paciencia hasta El baile de la victoria, narran la historia de un país en transformación, mientras su labor como promotor ha sembrado semillas para el futuro. Antonio Skármeta transformó la adversidad en literatura y comunidad; su huella sigue siendo un eco vivo, un recordatorio de que la cultura puede sanar y unir. Sus libros esperan a quienes deseen explorar esta herencia chilena que pertenece a todos.+
Los libros son como amigos que nunca te abandonan; te acompañan en el exilio, te consuelan en la soledad y te dan herramientas para entender el mundo.
Antonio Skármeta
