El regreso de Giselle: el clásico que vuelve a emocionar en el Palacio de Bellas Artes

Hay historias que nunca envejecen, coreografías que siguen respirando incluso cuando se apagan las luces. Giselle es una de ellas. El clásico del ballet romántico vuelve al Palacio de Bellas Artes tras cinco años de ausencia, y con él regresan la inocencia, la locura y la belleza devastadora de una de las obras más conmovedoras del repertorio universal. La Compañía Nacional de Danza (CND) revive esta joya que, casi dos siglos después de su estreno en París, sigue interrogando al público sobre los límites del amor y la redención.

Ambientada en una aldea campesina, la historia narra la desdicha de una joven que se enamora de Albrecht, un noble que se hace pasar por aldeano. Cuando descubre la mentira, Giselle muere de dolor, pero su espíritu no se desvanece: regresa entre las willis, espectros de mujeres traicionadas que buscan venganza. En ese segundo acto, que es pura poesía en movimiento, Giselle elige el perdón frente al odio, desafiando a la muerte con la fuerza de la compasión.

La producción cuenta con música en vivo interpretada por la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección del maestro Yhovani Duarte. El acompañamiento orquestal dota a la pieza de una profundidad emocional que transforma cada escena en un diálogo entre el cuerpo, el sonido y la memoria. En manos de la CND, Giselle adquiere una vitalidad renovada: conserva la elegancia del ballet clásico pero resuena con la sensibilidad contemporánea.