Llorenz: libertad creativa desde el espectro autista hasta la escena internacional

Llorenz: libertad creativa desde el espectro autista hasta la escena internacional

En un panorama artístico donde los discursos estéticos suelen responder a reglas no escritas dictadas por instituciones, mercados o tendencias, la obra de Llorenz aparece como un soplo de aire fresco: intuitiva, original y ajena a concesiones. Este joven mexicano, diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista (TEA) grado tres, ha encontrado en la pintura no solo un oficio, sino un lenguaje vital.

Con apenas 19 años, Llorenz marcó un precedente: se convirtió en el primer artista con autismo de este nivel en exponer en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo y en la Galería L de la Ciudad de México, esta última en el marco del programa cultural Espectro. Primera Edición. Una mirada al autismo desde el arte contemporáneo. Desde 2020, ha producido más de cien obras, entre pinturas e intervenciones de arte portable, consolidando una práctica que combina la intensidad emocional con una ejecución sostenida y meticulosa.

De México a Vail: el salto internacional

Este 2025, Llorenz lleva su obra más allá de las fronteras mexicanas. Su primera exposición individual en Estados Unidos abrirá el 14 de agosto en L’Atelier Vail, Colorado, seguida de su participación en los Art Walks Vail el 21 de agosto y en la feria Artisan Rhapsody Vail, del 25 al 28 de septiembre. Estos proyectos cuentan con el respaldo de OTEA —organización civil sin fines de lucro dedicada a apoyar a personas con TEA— y Banana Contemporary, especializada en representación artística y servicios de arte.

La directora de Banana Contemporary, Mónica Martínez Guerrero, lo define así:

“La obra de Llorenz no parte de un discurso aprendido ni de una técnica académica, sino de una necesidad visceral de expresión. Cada trazo suyo nace de un impulso genuino y nos recuerda que el arte puede ser una forma de existir en el mundo cuando las palabras no alcanzan.”

Colaboraciones con sentido

La trayectoria de Llorenz también se ha nutrido de colaboraciones con artistas y colectivos como Auklerg, Colectivo Ákaro, Tamara Cruz, Mariana Dussel, Mario Meneses y Diego Solano, además de la marca de diseño contemporáneo Téllez. Sus intervenciones han explorado el arte portable, fusionando su estética con el mundo de la moda motociclista, gracias al auspicio de Accesorios Desa y SurtiMoto.

Su madre, Karla Galván Duque —fundadora de OTEA—, subraya que lo que inició como una acción para visibilizar el autismo nivel tres terminó transformándose en un viaje artístico:

“Llorenz es un claro ejemplo de personas con autismo que desafían la incomprensión social y construyen puentes hacia una mayor aceptación e inclusión.”

Palimpsestos emocionales

En la obra de Llorenz, el color, el gesto y las formas se superponen como palimpsestos: capas que contienen estados de ánimo, recuerdos y sensaciones. La pintura se convierte en su vía de comunicación, un lenguaje alternativo que se despliega con fuerza y autenticidad.

En un mundo donde tantas obras parecen hechas para satisfacer al mercado, la pintura de Llorenz se sostiene en un territorio distinto: el de la libertad absoluta, donde cada trazo es también un acto de resistencia.