Festival de Jazz de Polanco 2025: un regreso con swing, diversidad y comunidad

Festival de Jazz de Polanco 2025: un regreso con swing, diversidad y comunidad

El jazz vuelve a reclamar su lugar en la vida cultural de la Ciudad de México. Los días 6 y 7 de diciembre de 2025, el Teatro Ángela Peralta, en pleno Parque Lincoln, será escenario de una nueva edición del Festival de Jazz de Polanco, un encuentro que, a lo largo de más de diez años, ha logrado algo poco común: integrar a públicos diversos en torno a un género que, pese a su sofisticación, sigue mutando y conectando con nuevas generaciones.

Con su formato al aire libre y una curaduría que mezcla tradición y vanguardia, el festival se ha convertido en una de las citas musicales indispensables del cierre de año capitalino. Esta edición, la número XXI, apuesta por una lectura abierta del jazz, donde confluyen ritmos afrocubanos, improvisación europea, voces estadounidenses y fusiones con raíces mexicanas.

Un cartel que mira en varias direcciones

El programa de 2025 mantiene la vocación cosmopolita que ha distinguido al festival. El sábado 6 de diciembre, la jornada abrirá con el Vico Díaz Trío, representante del jazz hecho en México, seguido por una de las propuestas más esperadas: Polanco Jazz All Stars + Voces Estelares, un proyecto que reúne a la estadounidense Andrea Miller, la francesa Ilhem Khodja y la mexicana Karely Esparza, tres estilos vocales que dialogan desde el soul, el scat y la balada contemporánea. El cierre correrá a cargo del Osmany Paredes Cuarteto, una formación cubana cuyo sonido, marcado por el ritmo afrocubano y la improvisación pianística, imprime a la velada un carácter festivo y virtuoso.

El domingo 7 de diciembre, el escenario recibirá al Gabriel Hernández Cuarteto, otro referente de la escuela cubana. Más tarde, Sonex & Friends ofrecerán una de las apuestas más arriesgadas del festival: un puente entre el son jarocho y la libertad improvisatoria del jazz. La clausura llegará con Dock in Absolut, un trío procedente de Luxemburgo que ha ganado notoriedad por su aproximación experimental, donde la tradición europea y la electrónica minimalista se encuentran sin estridencias.

Un festival que se vive más allá del escenario

Aunque el cartel es el gran imán del evento, parte de su éxito reside en el ambiente que se genera alrededor. Entre las presentaciones, el público puede recorrer un bazar artesanal, probar propuestas gastronómicas de productores locales o simplemente sentarse en el pasto del parque mientras la música se mezcla con la luz del atardecer. Es, en muchos sentidos, un festival pensado para durar toda la tarde, sin prisas, conciliando el ritmo urbano de Polanco con una experiencia cultural más pausada.

La organización mantiene el carácter familiar del encuentro: pueden asistir menores desde los 10 años y el espacio es accesible para personas con movilidad reducida. Eso sí, el festival recuerda cada año que la experiencia es más cómoda con un cojín o manta, aunque el recinto ofrece alquileres para quien lo prefiera.

Entradas, acceso y logística

Los boletos, disponibles a través de Boletia y Fever, varían según la zona: desde el acceso general, que ronda los $600 MXN, hasta The Club, que puede superar los $1,200 MXN. Las localidades no tienen numeración, por lo que la llegada temprana se convierte en una especie de ritual colectivo previo a cada presentación. Las puertas abren desde la tarde y, como es habitual, no se permite el acceso a mascotas; en cambio, sí se habilitan puestos de comida y bebida dentro del recinto.

Un espacio que defiende al jazz desde la cercanía

La fórmula del Festival de Jazz de Polanco ha funcionado porque entiende que el jazz, lejos de ser un género de nicho, puede ser un territorio de encuentros. La convivencia entre artistas consagrados y nuevas voces, entre vecinos de la zona y visitantes de toda la ciudad, crea un ecosistema que recuerda que la música también puede ser un acto comunitario.

En un momento en que la oferta cultural crece y compite por la atención de un público cada vez más disperso, este festival apuesta por algo elemental: la escucha. No la escucha apresurada de las listas de reproducción, sino la que nace de compartir un mismo espacio, un mismo atardecer y la misma incertidumbre hermosa que provoca la improvisación.

El Festival de Jazz de Polanco llega así a su edición 2025 reafirmando su espíritu: celebrar al jazz sin solemnidad, con el pulso vivo de una ciudad que, cuando cae diciembre, encuentra en la música un respiro, una celebración y una forma de reconocerse en comunidad.