David Szalay gana el Booker Prize 2025 con Flesh, una novela sobre el cuerpo y la fragilidad de estar vivos
El escritor británico-húngaro David Szalay fue reconocido con el Booker Prize 2025, el premio literario más prestigioso del mundo anglosajón, por su novela Flesh, una obra que explora con lucidez y hondura la experiencia de habitar un cuerpo: sus deseos, sus límites y su inevitable deterioro.
Con 52 años, Szalay consolida una carrera marcada por la observación minuciosa de la vida contemporánea. En esta edición del premio, se impuso a figuras de gran trayectoria como Kiran Desai —ganadora en 2006—, Andrew Miller, Susan Choi, Katie Kitamura y Ben Markovits, en una ceremonia celebrada en Londres. El galardón, dotado con 50 mil libras esterlinas, confirma su lugar como una de las voces más finas y consistentes de la narrativa en inglés.
Un retrato del cuerpo como territorio de memoria
En Flesh, su sexta novela, Szalay narra la vida de István, un hombre húngaro que atraviesa décadas y ciudades —desde su juventud inquieta en Europa del Este hasta su vejez solitaria en Londres—. A lo largo de la historia, el cuerpo del protagonista se convierte en un registro del tiempo: una cartografía de cicatrices, pérdidas y placeres que revelan tanto la vulnerabilidad como la persistencia del deseo.
Szalay se aleja del sentimentalismo y apuesta por una prosa contenida, precisa, donde los gestos mínimos adquieren una fuerza reveladora. A través de escenas aparentemente cotidianas, la novela despliega una reflexión sobre lo que significa estar vivo: cómo el amor, la soledad y la memoria habitan un mismo cuerpo.
Como en su anterior obra All That Man Is, finalista del Booker en 2016, el autor vuelve a explorar la masculinidad desde una mirada introspectiva, despojada de heroísmos. En Flesh, el desamparo y la intimidad se entrelazan en una narración que observa con honestidad la tensión entre el impulso vital y la certeza de la pérdida.
Un premio que celebra la profundidad narrativa
Desde su creación en 1969, el Booker Prize ha distinguido a autores fundamentales como Salman Rushdie, Margaret Atwood y Arundhati Roy, y sigue marcando el pulso de la narrativa contemporánea en inglés. Este año, el jurado —presidido por el novelista irlandés Roddy Doyle e integrado por personalidades de la cultura, entre ellas la actriz Sarah Jessica Parker— destacó la potencia emocional y la mirada humanista de Flesh.
El fallo de esta edición confirma una tendencia visible en la literatura actual: el regreso a la intimidad, a los temas que parten del cuerpo, la memoria y la experiencia sensorial para pensar el mundo. En una época marcada por la velocidad y la dispersión, la novela de Szalay se inscribe en un territorio de escritura que exige pausa, atención y silencio.
La madurez de una voz literaria
Nacido en Montreal, criado entre Hungría y el Reino Unido, David Szalay ha construido una obra que cruza fronteras físicas y emocionales. Su narrativa, reconocida por su sobriedad y precisión, examina los huecos entre lo que se vive y lo que se recuerda, entre la acción y el pensamiento. En Flesh, esa mirada alcanza un grado de madurez que combina la serenidad de la observación con la intensidad de lo vivido.
Más que una historia sobre el paso del tiempo, Flesh es una meditación sobre la existencia. En sus páginas, Szalay logra convertir lo corporal en metáfora de lo humano: el cuerpo como hogar, como límite y como memoria.
Con este reconocimiento, el autor reafirma su lugar en la literatura contemporánea como un observador del presente y un narrador capaz de encontrar belleza en lo más elemental: la respiración, el tacto, el desgaste inevitable de la vida.
El Booker Prize 2025 no solo celebra una novela, sino una forma de mirar el mundo con profundidad y empatía. Flesh recuerda, con la serenidad de las grandes obras, que la literatura sigue siendo el espacio donde el cuerpo, la mente y la emoción se encuentran.

