Zygmunt Bauman (1925-2017)

El sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman murió el día de hoy a los 91 años en Leeds, lugar donde residía desde hace varios años.

Nacido en Polonia y de familia, judía, huyó del de URSS. En 1968 tuvo que abandonarla, desposeído de su puesto de profesor y expulsado del Partido Comunista en una purga marcada por el antisemitismo. Renunció a su nacionalidad, emigró a Tel Aviv y se instaló después en la Universidad de Leeds, donde desarrollo la mayor parte de su carrera.

Siendo considerado como uno de los intelectuales clave del siglo XX, Bauman dio identidad en la modernidad dándole una importancia relevante dentro de su obra , que inicio en la década de cincuenta, años en donde la concentración social en masa, se mantuvo activo en temas y cuestiones de alto impacto como las clases sociales, el socialismo, el holocausto, la hermenéutica, la modernidad y la posmodernidad, el consumismo, la globalización y la nueva pobreza.
Dentro de La identidad de la modernidad liquida desarrolló el concepto de la modernidad y acuñó el término correspondiente. Trabajó con el sociólogo Alain Touraine y en el 2010, obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

Bauman siempre estuvo interesado y enfocado en la estratificación social y en el movimiento obrero, antes de interesarse en temas globales.
El período más fecundo de su carrera comenzó después de abandonar la enseñanza en Leeds, cuando se desarrolló su importancia más allá de los círculos de sociólogos profesionales con un libro que publicó acerca de la conexión entre la ideología de la modernidad y el Holocausto.

Zygmunt Bauman mantuvo su trabajo hasta el último día de su vida.

Retomamos un fragmento de Las redes sociales son una trampa, libro en el que exlica el peligro detrás de ellas:

“Tal vez la idea misma de “relación” aumente la confusión. Por másarduamente que se esfuercen los desdichados buscadores de relaciones y sus consejeros, esa idea se resiste a ser despojada de sus connotaciones perturbadoras y aciagas. Sigue cargada de vagas amenazas y premoniciones sombrías: transmite simultáneamente los placeres de la unión y los horrores del encierro. Quizás por eso, más que transmitir su experiencia y expectativas en términos de “relacionarse” y “relaciones”, la gente habla cada vez más (ayuda inducida por consejeros expertos) de conexiones, de “conectarse” y “estar conectado”. En vez de hablar de parejas, prefieren hablar de “redes”. ¿Qué ventaja conlleva hablar de “conexiones” en vez de “relaciones”?

Descanse en paz, Zygmunt Bauman.

MasCultura 9-ene-2017