El teatro conmueve, ilumina, incomoda, perturba, exalta, revela, provoca, trasgrede.
El día Mundial del Teatro se creó en 1961 por iniciativa del Instituto Internacional del Teatro (ITI). Uno de los actos más representativos es la circulación del Mensaje Internacional, tradicionalmente escrito por una personalidad de reconocido prestigio en el mundo del teatro.
“El teatro conmueve, ilumina, incomoda, perturba, exalta, revela, provoca, trasgrede. Es una conversación compartida con la sociedad. El teatro es la primera de las artes que se enfrenta con la nada, las sombras y el silencio para que surjan la palabra, el movimiento, las luces y la vida. Mensaje del Día Mundial del Teatro 2017”
Mensaje
“Así que, aquí estamos una vez más. Reunidos de nuevo en la primavera, 55 años desde nuestra reunión inaugural, para celebrar el Día Mundial del Teatro. Sólo un día, 24 horas, se dedica a celebrar el teatro en todo el mundo. Y aquí estamos en París, la ciudad principal del mundo para atraer a grupos teatrales internacionales, para venerar el arte del teatro”.
París es una ciudad mundial, apta para contener en un día de celebración, las tradiciones del teatro mundial; desde aquí en la capital de Francia, podemos transportarnos a Japón experimentando el teatro Noh y Bunraku, trazar una línea desde aquí a pensamientos y expresiones tan diversas como la Ópera de Pekín y Kathakali; el escenario nos permite permanecer entre Grecia y Escandinavia mientras nos envolvemos en Esquilo e Ibsen, Sófocles y Strindberg; nos permite volar entre Gran Bretaña e Italia mientras reverberamos entre Sarah Kane y Prinadello. En el curso de estas veinticuatro horas podemos ir de Francia a Rusia, de Racine y Moliere a Chejov; incluso podemos cruzar el Atlántico como un rayo de inspiración para servir en un Campus en California, atrayendo a un joven estudiante allí a reinventarse y hacerse un nombre en el teatro.
De hecho, el teatro tiene una vida tan próspera que desafía el espacio y el tiempo; sus piezas más contemporáneas se nutren de los logros de los siglos pasados e incluso los repertorios más clásicos se vuelven modernos y vitales cada vez que se representan de nuevo. El teatro renace siempre de sus cenizas, mudando sólo sus convenciones anteriores en sus nuevas formas: así es como se mantiene vivo.
MasCultura 27-mar-17