La novela más difícil que escribió Pitol

“Al entrar en las novelas de Sergio Pitol, los lectores saben que es ingresar a mundos paralelos aparentemente muy normales, incluso banales. Al cabo de unas cuantas páginas, el lector descubre que muchos personajes de Pitol apenas logran sofocar un intenso malestar vital, malestar que poco a poco, como una iluminación siniestra se apodera
totalmente de sus almas y siembra la zozobra en cada historia que esté unida al tiempo y espacio.”1

Hablemos de Juegos Florales, una novela complicada, donde un escritor pierde sus facultades y se ve transformado en un profesor mediocre de literatura, intenta describir las relaciones de una pareja y su colapso final. En esta novela de Sergio Pitol, bajo una apariencia ceñida y apretada y un ropaje casi ascético, late una corriente de estruendo y furia. Una vez más todo está en todo, Jalapa y Roma, un palacio veneciano y un mesón de arrieros en las proximidades de Papantla, la vigilia y el sueño, el intento de describir una realidad cotidiana y el de verla espejear en los relatos que los protagonistas escriben o intentan escribir un poco de su sueño temporal. Sobre Juego florales, Sergio Pitol cuenta:

“Escribí el primer esquema de Juegos florales en 1966, y allí estaba todo lo que iba a pasar. Acababa de llegar de un viaje de Papantla, venía como alucinado, con cierta sensación indefinible de contacto con el mundo mágico. Cuando llegué, a los dos días a Xalapa tenía ya toda la novela en la cabeza, todo lo que iba a ocurrir, desde el viaje, el tipo de personaje, que era Billy Upward, que en aquella época no era inglesa, la sirvienta bruja y el final, todo estaba claro. Escribí un esbozo, así capítulo tras capítulo, los siete capítulos clásicos y a los pocos días de eso me fui a Europa. Me fui a Yugoslavia donde viví un año. Los primeros meses traté de desarrollar el trabajo pero me resultaba mal todo, nada era creíble, todo era duro, el lenguaje no funcionaba, algo estaba echado a perder y la dejé un tiempo.

En esa época empecé a escribir El tañido de una flauta y terminándola volví a leer lo que había escrito sobre Juegos florales y me pareció terriblemente mala, pero la idea me seguía funcionando, al grado de que durante años, a partir de entonces, no podía yo escribir nada porque se me atravesaba el mundo de los personajes y de las situaciones de Juegos florales. Entonces lo volví a reescribir muchas veces, por lo menos en dos ocasiones rompí todo lo que tenía, destruí el manuscrito y las versiones que tenía, para no tener la tentación de corregir y poder olvidarla. Sin embargo aún así seguía el efecto, durante años no pude escribir otra novela, más que un simple cuento. Hasta que en una ocasión por 1980 o 1979 estando en Moscú, me fui a pasar unos días a Roma y todo lo ví, ví a una inglesa literata y sólo fue hablar con ella y ver el personaje y entonces todo se me revelo. Llegué a Moscú, trabajé y en poquísimos días, ya no tenía ni borradores ni notas ni nada, estuvo hecha toda y es quizá la novela que más trabajo me ha costado. Las demás no, las demás las he rehecho pero no las rompí de esa manera. Tal vez por todo eso sea uno de mis libros, más cercanos. Ahora curiosamente, hay gente que la estudia porque en su momento se habló de que era una novela menor, como de un error después de El Tañido de una flauta. Veinte años después, o no sé cuántos hayan pasado, varios estudiosos la consideran la mejor de mis novelas. Esta novela es mucho más difícil, más elusiva, no sé si realmente tiene valores o no, el hecho es que yo la siento muy próxima y sé que es la más experimental de todas mis novelas.”2

“Imagino a un narrador sentado en un escuálido cafetucho de Roma lanzado a la reconquista de los espacios donde trascurrió su niñez. Un escritor que a su vez imagina un niño, a su familia, vecinos y amigos, y describe el momento en que por primera vez conoce el mal o mejor dicho, el momento en que descubrió su propia flaqueza, su carencia de resistencia al mal.”3

“Hace veinte años llegaste a Roma —dijo Leonor—, ¿te das cuenta? […] Siempre te dejaste dominar por Billie, por eso la novela nunca ha resultado. Haz que ella no sea sino un personaje más en el conjunto.”4

1, 3, 4.- Pitol, Sergio. Juegos Florales, México: Ediciones ERA, 2008, 172 pp.
2.- “Entrevista a Sergio Pitol: presentimiento de la novela” en Información de Coordinación Nacional de Literatura, INBA.

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MasCultura 07-jun-16