Fantasmagorías mexicanas

Hay que aceptarlo, todos tenemos una profunda debilidad por los relatos que involucran fantasmas,vampiros, entidades malignas y seres de inframundo. Desde pequeños nos sentimos atraídos por aquello que no conocemos, por lo incierto, algo oscuro y misterioso que nadie sabe como explicarnos.

Es algo inevitable, de cierta manera podemos decir que lo llevamos en nuestro código genético. Adoramos la sensación de lo macabro, en medio de las tinieblas, siempre aprovechamos cualquier oportunidad para asustar a los demás contando alguna leyenda de ultratumba. Y el interés se incrementa cuando esta suma de historias se desarrolla en lugares que forman parte de nuestro andar cotidiano.

Debido a esto, los escritores Bernardo Esquinca y Vicente Quirarte se dieron a la tarea de integrar una antología de relatos fantasmales, la cual se publicó en dos volúmenes bajo el sello de Almadía. “Ciudad Fantasma II, Relato fantástico de la Ciudad de México (XIX-XX1) ” reúne 15 relatos que navegan entre alucinantes pesadillas y manifestaciones indescriptibles. Las producciones cuentísticas que aquí se presentan pertenecen a un conjunto de autores que provienen de distintas épocas, desde Manuel Payno y Carlos Fuentes, hasta Luis Jorge Boone y Mauricio Montiel Figueiras.

En esta poética de lo fantástico, la Ciudad de México, mas que un escenario principal, se convierte en un personaje con vida propia, se alimenta del miedo de sus habitantes y determina un papel clave en las historias que conforman esta antología. La producción cuentística de “Ciudad Fantasma II” tiene su origen en la tradición oral: en la manera como padres, abuelos, tíos y amigos nos han ido contando historias de terror. Aunque por otro lado, la recopilación también incluye textos que se pueden leer como crónicas de espeluznantes encuentros en el corazón de la urbe.

En este libro, la ciudad se viste de negro y Manuel Payno nos cuenta la leyenda de” Don Juan Manuel”, un caballero que, vuelto loco por los celos, emprende una serie de asesinatos nocturnos hasta dar con el amante de su mujer. En “Matilde Espejo”, la maestra del cuento fantástico mexicano, Amparo Dávila, construye un relato sobre la enigmática vida de una acaudalada anciana y sus secretos ocultos en la famosa calle del Chopo. El escritor e historietista Bernardo Fernández, Bef, nos presenta una historia donde el D.F. se ve invadido por leones. En este texto, los habitantes de la ciudad somos víctimas de una plaga felina que rápidamente nos destierra de la metrópoli.

Se dice que la experiencia de lo siniestro es algo que debiendo permanecer oculto se ha revelado, al parecer Francisco Tario lo sabía muy bien. Este autor de culto, que escribía sobre locura y fracaso, antropomorfizaba a cualquier animal u objeto inanimado, y sembraba duda y perplejidad en todo aquel que lo leyera, nos introduce en “Ragú de ternera” (que bien puede ser uno de los cuentos más escalofriantes del siglo pasado), en la mente de un antropófago y sus inesperadas predilecciones carnívoras.

A pesar de los misterios que “Ciudad Fantasma” conjunta, nos deja muy claro que nuestra urbe resulta un gran imán de historias fantasmales. Esta singularidad es la que permite al lector crear una empatía con los relatos que integran el libro.

La antología culmina con “Perro callejero”, relato apocalíptico de Luisa Iglesias que presagia, desde el piso 41 de la Torre Latinoamericana, la inevitable destrucción de la Ciudad de México. En fin, todas estas cuestiones fantasmales, llenas de matices extraños y que nos remiten a la parte siniestra de la narrativa, se encuentran reunidas de manera magistral en este libro, que seguro se convertirá en un referente de la literatura fantástica en México.

Por Orianna Martínez 

Imagen: Portada del libro “Ciudad Fantasma II, Relato fantástico de la Ciudad de México (XIX-XX1)" de Bernardo Esquinca y Vicente Quirarte.
Mascultura 03-Mar-14