La habilidad del trapecista

Al sonar el redoble las luces iluminan la figura del trapecista. Se seca las manos, las cubre de magnesia para luego sacudirlas retirando el exceso. Se acerca al abismo. Toma el trapecio y, con una profunda inhalación, se lanza al vacío. Usando su peso se balancea ampliando el arco que lo impulsará. En un instante que sólo él es capaz de reconocer deja atrás la barra. Parece volar, un giro, dos, tres y al extender el cuerpo su compañero lo recibe al otro lado de la carpa.

La sonrisa del trapecista brilla en medio del aplauso del público que ha presenciado un momento de infinita confianza. Esta es sin lugar a dudas una de las habilidades que mejor desarrollan los artistas circenses, la capacidad de ponerse en manos de otros con la seguridad de que se mantendrán a salvo.

La confianza resulta una hebra tan frágil que una vez rota es casi imposible de restaurar. David Richo es un psicoterapeuta convencido de que en ese “casi” se encuentra la gran oportunidad para restablecer la confianza perdida y, con esto, armonizar nuestra vida logrando una mejor integración a nuestro entorno social, así lo expone en su más reciente libro “Atreverse a confiar”, un volumen que combina diferentes corrientes psicológicas, desde la transpersonal hasta la jungiana, con perspectivas místicas y espirituales del budismo, principalmente.

A partir de casos reales atendidos en su consulta, Richo ejemplifica situaciones en donde la pérdida de confianza parece insalvable, disecciona los aspectos que construyen y cimientan la confianza, analizando los cómo y los por qué somos capaces de confiar en unos y no en otros, pero sobre todos nos enfrenta a la creencia extendida de que los demás son los generadores de la confianza que nosotros depositamos en ellos, porque la capacidad de confiar, nos dice el autor, se desarrolla en nosotros desde la infancia y se moldea por nuestro entorno en cada etapa de la vida. La confianza es algo que surge de nuestro interior hacia los demás.

Uno de los capítulos más interesantes resulta el dedicado a la autoconfianza, elemento básico de nuestra supervivencia cotidiana, sin ella resulta difícil accionar, llevándonos al autosabotaje y la culpabilización, dejando la experiencia vital hasta sumirnos en la depresión. “Atreverse a confiar” es también un libro práctico, con ejercicios que nos ayuda a tomar conciencia de nuestras relaciones, de nuestro actuar y nos enseña a revertir las actitudes que nos hacen daño, dificultando la capacidad de establecer vínculos armónicos con nuestro ámbito familiar, laboral y social. Un libro que se fundamenta en el amor que podemos proporcionarnos, dejando a un lado los temores que nos incapacitan.

Quizá la lección más importante que nos deja este libro es que no tenemos que convertirnos en ingenuos, abandonando todas nuestras reservas, en la creencia de que los demás no nos defraudarán, por el contrario, “aunque no podemos confiar en cualquier persona, cualquiera puede confiar en nosotros si vivimos con integridad”. Un libro que nos enseña a saltar al vacío, a volar sin reserva.

Por: Andrés Mayo

Imagen: Portada del libro "Atreverse a confiar"  de David Richo.
Mascultura 29-Nov-13