“Puente y precipicio”, la bella antología de poesía rusa que no pararás de leer

Puente y precipicio. Última poesía rusa, es el sexto título de Círculo de Poesía Ediciones, antología que nos lleva por el territorio de la poesía rusa a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y de los primeros años del siglo XXI, un panorama de las voces más significativas de la Rusia contemporánea.

Indira Díaz, quien realiza la selección y traducción señala sobre el título: “En la generación de los nacidos a partir de los cincuenta, la poesía estaba cambiando, era un arrojarse, un dejarse ir y no saber qué resultaría. Los poetas desafiaban las formas de escritura tradicional, estaban haciendo algo diferente. De ahí surge el título de la antología, es un puente que nos tiende para acercarnos a esta nueva poesía y un precipicio que tiene que ver con ese arrojo de nuestro propio desconocimiento”.

Aquí puedes conseguir el libro |

En la edición se incluyen poemas de cincuenta autores como: Sergey Stratanovsky, Marina Tyomkina, Polina Barskova, Natalia Azarova, Dmitri Bykov, Ivan Sokolov, Vera Pavlova, Lev Oborin, entre otros.

Círculo de Poesía Ediciones, tercer sello editorial del proyecto Círculo de Poesía, junto a Valparaíso México y Visor Libros México, que nació este 2018 para celebrar el décimo aniversario de la revista electrónica y proyecto editorial con la publicación de autores como: Marin Sorescu, Sujata Bhatt, Ming Di, Mario Bojórquez y Xavier Oquendo y varias obras próximas a publicarse.

Disfruta un fragmento de Puente y precipicio. Última poesía rusa |

Inga Shepelyova:

mi corazón no es una piedra

mi corazón es un tejido muscular

aquella exhaustiva metáfora

apisonada entre dos piedras

una catástrofe

coloco la cabeza en la boca de un casto ángel

cierro los ojos

mi corazón no es una piedra

la referencia será su latido

dentro del paradigma dominante

el sol de julio

permite que te veas

desnudo

sintiendo en la rigidez

del ramificado tejido de este corazón cansado

cómo se divide, cómo muere

cómo sirve este agitado coctel

desde este goce veraniego

sobre el pasto

alargando las manos dentro del saco

al instante

mi corazón no es una piedra

ni un diamante ni una bomba

no comienza un conteo ni se detona

no saldrá volando hacia el cielo

no se agitarán las tiernas flores

y la puerta no se abrirá.