Entrevista con Louise Welsh

Lousie Welsh nació el 1 de febrero de 1965 en Edimburgo, Escocia. Ahora vive en Glasgow. Es pelirroja y su estatura debe rondar el 1.65. La escritura es para ella un trabajo de tiempo completo: empieza en la mañana y continúa hasta después de las cinco de la tarde. Escribe directamente en la computadora y de vez en cuando hace anotaciones en un cuaderno. Desde hace varios años, cuando se sienta a escribir, desenchufa el módem. “El internet distrae demasiado”, dice.

Lleva puesto un amplio vestido de una sola pieza, negro, como la literatura que escribe. Le digo que, a primera vista, parece una buena persona, que su sonrisa y amabilidad no concuerdan con lo que escribe en sus libros: personajes oscuros y crímenes. “Sí…”, contesta, “…escribo cosas oscuras, a veces perturbadoras. Quizá soy una muy buena actriz y por dentro todo es negro y malvado. Quizá en los libros todo es catártico. Creo que la mayoría de los autores de novelas policiacas y de historias de horror que conozco son buenas personas. Cuídate de los novelistas románticos”. 

Ganadora del John Creasey Memorial Dagger, el más importante premio de literatura policiaca en el Reino Unido, a Louise Welsh le gusta el género negro por la posibilidad de contar historias fuertes y porque le permite hablar de lugares oscuros, de las partes negativas de la ciudad. Consciente de que el género posee algunas convenciones, le gusta darles la vuelta: “A veces, dentro del género policiaco, si encuentras a la persona diferente, al gay o al discapacitado, ya encontraste al asesino. Más bien yo voy en contra de eso, quiero escribir novelas donde los diferentes no son los asesinos, sino las personas a seguir, los personajes principales”.

El cuarto oscuro (2002), su primera novela, es la historia de un subastador que al momento de ir a tasar una mansión en Glasgow, encuentra un cuarto secreto con libros que alguna vez estuvieron prohibidos por su contenido erótico y pornográfico, así como una colección de fotografías del dueño de la casa: juergas y orgías desenfrenadas. Entre estas imágenes, encuentra la de una chica que parece haber sido asesinada en un ritual erótico. Y ahí el protagonista comienza la búsqueda. El truco de la bala (2006), también disponible en México, es la historia de un mago que trabaja en clubes nocturnos y que, durante una función en el club Soho, es usado para sustraer del saco de un policía corrupto una prueba con la que ha estado chantajeando al dueño del centro nocturno. Este par de novelas tienen algo en común: son protagonizadas por dos hombres, Rilke y William Wilson, respectivamente. Verosímiles y muy bien perfilados, parece que Louise se siente cómoda dentro de la piel masculina: “Creo que a menudo, cuando escribes una novela, no sabes realmente por qué eliges a los personajes, de algún modo se vuelve instintivo. Supongo que elegir ser un personaje masculino dentro del libro es como ponerse en los zapatos de alguien más, en la mente de alguien más, así que el cambio de género no es un cambio tan grande”.

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MasCultura 24-mar-16