Alejandro Zambra habla de pertenecer en ‘Tema libre’, su nuevo libro
Lunes 8 de julio de 2019
Tania Alejandra Z G
De la mano de su editor, Andrés Braithwaite, el renombrado autor chileno Alejandro Zambra publica Tema libre, una compilación de textos que llevan al lector a diferentes reflexiones.
Hoy más que nunca el escritor es alguien que construye sentido juntando pedazos. Cortando, pegando y borrando.
Para mí, esta frase que enuncia Zambra en la conferencia “Cuaderno, archivo, libro”, traza la forma en la que está estructurado Tema libre, un libro que pareciera que se fue escribiendo solo. De manera amena y con una oralidad natural, Alejandro Zambra navega por diferentes géneros hablando de “temas libres”: conferencias en torno a la escritura y su creación, el uso de computadoras, máquinas o la escritura a mano; el envejecimiento de los lectores; el aparente “tema libre” de las conferencias universitarias, pero también del escritor; disertaciones sobre la traducción, la paternidad, la pertenencia.
La primera parte, “Autorretratos hablados”, es una serie de conferencias universitarias leídas en diferentes momentos; después, en “Ropa tendida”, incluye cuatro ficciones, de las cuales dos había dicho que nunca iba a publicar por ser “textos fracasados”; por último, “Léxico familiar” es un conjunto de anotaciones sobre ser extranjero (en México, en Nueva York); sobre la traducción, las palabras, los acentos.
Tema libre está lleno de contradicciones, algunas fácilmente reconocibles, como los cuentos de la segunda parte, una de cuyas conferencias dijo que no publicaría, y otras más sutiles, como la aparente individualidad de los textos entre sí.
En realidad se trata de un entramado que se explica justamente con la conferencia que da título a la obra. Hablar de un tema libre es, en palabras de Zambra, “un premio y también un problema”.
La ausencia de tema es la que nutre a la creación literaria misma. Sin embargo, en Tema libre sí hay un hilo conductor, o más bien varios, que dan cohesión al texto. La pertenencia, por ejemplo, es uno de ellos. A propósito, Zambra dice:
De eso escribimos cuando nos dan tema libre, y también cuando creemos estar escribiendo sobre el amor, la muerte, los viajes, las moscas, los telegramas o las maletas con ruedas giratorias. De eso hablamos siempre, en serio y en broma, en verso y en prosa: de pertenecer.
Vale la pena releer la compilación de estos once textos con la palabra pertenencia en mente, que de una forma u otra atraviesa cada uno de ellos: pertenecer a la generación de la transición tecnológica; pertenecer a aquellos lectores “inocentes” que leen por el simple placer de no aburrirse o a aquellos que se ocupan de los aspectos estilísticos, formales y técnicos de un texto; pertenecer a un país, a una lengua, a un hogar. Este tema está presente incluso cuando habla del pulpo de juguete de su hijo y el tentáculo “extranjero” con el que Zambra se identifica por hablar raro, por no pertenecer.
Tema libre es un libro bien logrado, inteligente e irónico que juega con el lector, pero que, si leemos el ensayo “El niño que enloqueció de amor” y retomamos con Zambra el criterio visceral y sencillo que teníamos como lectores muy jóvenes (a los nueve, o diez, o la edad que sea), de no aburrirnos con la lectura, es una obra que a pesar de su audacia podemos leer sin pretensiones, sin obligación y por el puro placer de la lectura. +
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