The Jesus and Mary Chain en El Plaza Condesa
Mariel Argüello
Desde hace décadas, Escocia siempre ha sido un escaparate notable de músicos y bandas. Nombres como Mogwai, Belle and Sebastian, Travis, Simple Minds y Franz Ferdinand han sabido crear un discurso sonoro propio,en el que elementos tradicionales se han conjugado con esmero en el lenguaje del rock pop, pero hay una banda que fue adorada por la crítica especializada y que dejó una huella significativa en la era alternativa de los años 80 e inicio de los 90: The Jesus and Mary Chain.
Ante un público mexicano ya más preparado y consciente de lo que significa The Jesus and Mary Chain en vivo, el pasado jueves 4 de julio, el ruido y la distorsión enardecieron las instalaciones de El Plaza Condesa durante poco más de hora y media con la presencia de los hermanos Jim y William Reid. Con una iluminación sencilla, pero potente, dieron un recorrido variado a su discografía a través de canciones como Amputation, April Skies y la ya clásica Head On, que fueron encendiendo a la audiencia, para luego seguir con Blues From a Gun, Black and Blues, Mood Rider, Far Gone and Out, Between Planets, Snakedriver, Teenage Lust, All Things Pass, Some Candy Talking y concluir la primera parte con Halfway to Crazy, Darklands y Reverence. Llama la atención de que el ritmo con el que tocaban, se palpaban como si fuesen bocanadas al aire. No era para menos para el ambiente que ya se percibía estando ahí.
Para el encore, llegó uno de los momentos clave: Just Like Honey con una iluminación enfundada en tonalidades violeta para continuar con Cracking Up, In a Hole, War on Peace y cerrar con la potente I Hate Rock ‘n’ Roll, no sin antes recalcar en que nunca dejen de hacer ruido.
Aquella velada del 4 julio, las nuevas generaciones que estaban descubriendo “nueva música clásica” como gente adulta que rememoró sus mejores años de vida, encontraron un punto en común bajo los acordes de The Jesus and Mary Chain, quedando impresionados de lo que habían contemplado ahí.