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Ulises de James Joyce, nueva traducción: ya no hay pretextos para no leer

Tanto se ha dicho sobre el desafío que representa leer —y entender— el Ulises de James Joyce que mucha gente ha terminado por desistir ante este clásico del siglo XX.

Publicado originalmente en 1922, la crítica lo ha catalogado como una obra gigantesca y literalmente incomparable. Para el escritor Anthony Burgess “Ulises es un laberinto al que se puede ingresar por cualquier lugar”, mientras que Ernst Robert Curtius propone leer la novela como una partitura musical “Cada uno de los 18 capítulos del Ulises posee su técnica propia, que requeriría un análisis especial. Sin embargo, todos tienen un rasgo en común: cada pasaje, cada frase, cada fragmento sólo se vuelve inteligible si es puesto en relación con otros”. 

93 años después de que Joyce describiera en su libro las aventuras por la ciudad de Dublín de Leopold Bloom a lo largo del 16 de junio de 1904, la editorial argentina El cuenco de plata pone a la venta una nueva traducción a cargo de Marcelo Zabaloy, la cual ha recibido comentarios favorables por los medios de comunicación, quienes la consideran como una edición pulcra, cuidada y confiable.

A continuación les dejamos un fragmento del monólogo de Molly Bloom, en la versión de El cuenco de plata:

Sí porque nunca se le había ocurrido pedir el desayuno en la cama con un par de huevos desde esa vez que en el hotel City Arms se le dio por quedarse acostado haciéndose el enfermo con esa voz de mosquita muerta dándoselas de príncipe con esa vieja bruja de Mrs. Riordan sobre quien creía tener una gran influencia y no nos dejó ni un penique todo para misas por la salvación de su alma miseria más grande no existió jamás siempre con miedo a gastar 4d para su alcohol de quemar contándome sus achaques demasiada cháchara sobre política y terremotos y el fin del mundo un poco de humor Dios me libre si todas las mujeres fueran como ella despotricando contra los trajes de baño y los escotes por supuesto nunca nadie le pidió que los usara supongo que era una chupacirios porque ningún hombre la miró nunca dos veces espero no llegar a ser jamás como ella un milagro que no quisiera que nos tapásemos la cara pero era una mujer educada sin duda con esa parla sobre Mr. Riordan de acá y Mr. Riordan de allá supongo que se alegró de librarse de ella y su perro olfateándome las pieles y tratando de meterse bajo la enagua especialmente en esos días sin embargo me gusta eso en él que sea amable con ancianas así y también con los mozos y los mendigos no es presumido aunque no siempre si alguna vez le pasara algo realmente grave lo mejor para ellos es ir a un hospital donde está todo limpio pero supongo que tendría que convencerlo durante todo un mes sí y después aparecería una enfermera y tenerlo enquistado allí hasta que lo echen o quizá una monja como esa foto inmunda que tiene esa es tan monja como yo sí porque son tan débiles y llorones cuando están enfermos necesitan una mujer que los cuide si les sangra la nariz piensan que es oh toda una tragedia y esa cara de agonía a una cuadra del South Circular cuando se torció el tobillo en la fiesta del coro en el cerro Sugarloaf el día que me puse ese vestido Miss Stack trayéndole flores las peores y más rasposas que encontró en el fondo de la canasta cualquier cosa con tal de entrar al dormitorio de un hombre con esa voz de solterona creyendo que él se moría por ella jamás volveré a ver tu rostro si bien se lo veía más hombre con la barba de unos días(…)

Mascultura 29-jul-15