Homofóbicos de closet… #ColumnaVerteatral
La palabra “Puto” es aceptada por la RAE con las siguientes definiciones:
Puto, ta. (De puta). 1. adj. U. como calificación denigratoria. ‘Me quedé en la puta calle’
2. adj. Por antífrasis puede resultar encarecedor. ‘Ha vuelto a ganar. ¡Qué puta suerte tiene!’
3. adj. necio ( tonto).
4. m. Hombre que tiene concúbito con persona de su sexo.
La palabra “Puto” es utilizada en obras tan significativas de la literatura universal como “El Quijote”, en donde aparece “Puto” o “Puta” en más de cincuenta ocasiones.
Hace un par de meses, el mundial de fútbol puso a la homofobia en la mesa de discusión de los mexicanos, debido al grito de “Puto” dirigido al arquero rival en sus despejes. Este debate al menos consiguió que algunos aficionados, probablemente los menos, se cuestionaran si por la aparentemente inocente costumbre de insultar al rival llamándole “Puto”, se cae un una conducta discriminatoria o no.
Escandalizarse con las palabras es absurdo, caer en el tibio limbo de lo “políticamente correcto” es más peligroso de lo que parece. Pero arropar y alentar la discriminación, justificándola desde el artificioso disfraz del folklore, es mucho peor.
México tiene bien merecidos un buen número de deshonrosos lugares en listas negras a nivel global. Por ejemplo, ocupamos el segundo sitio mundial en crímenes de odio en contra de Lesbianas, Gays, Transexuales, Transgénero, Travestis, Bisexuales e Intersexualesa (LGTTTBI). 7 de cada 10 personas homosexuales perciben que en México no respetamos los derechos de las personas de diversidad sexual.
Actualmente, en la cartelera chilanga, hay una propuesta escénica que pone el dedo en esta llaga. Se trata de “Tom en la granja”, puesta en escena resultante de la afortunada mancuerna, ya bien conocida por el teatro mexicano, que conforman el canadiense Michel Marc Bouchard en la dramaturgia y el franco-coyoacanense Boris Shoemann en la dirección.
Los fines de semana en el flamante (y aún con olor a nuevo) Foro Lucerna, podemos presenciar la historia de Tom, un hombre que viaja al pueblo natal de su novio, recién muerto, para presenciar el funeral de su pareja y conocer a la familia política. Al llegar a la granja, Tom se encuentra con que la familia del muerto esperaba a una mujer en vez de un hombre.
Este punto de partida detona una potente trama que transita vertiginosamente sobre un par de rieles muy contundentes: la represión y la mentira.
Jorge Ballina diseña una escenografía, muy a su estilo, repleta de detalles, que traduce correctamente la tensa paz campirana de esta granja en la que las paredes oyen. Pero los mayores aciertos del montaje se encuentran en la relación de atracción y rechazo entre Tom (Pedro de Tavira) y Francis (Leonardo Ortizgris) que desvelan un paradigmático caso de homofobia, originada por la homosexualidad reprimida y complementada por el consentimiento tácito de una gran mentira.
La sutil y profunda actuación de Verónica Langer interpretando a Agathe, la madre atormentada que decide ver hacia otro lado en vez de afrontar la realidad, es otra enorme virtud de la puesta.
A mi parecer, el único punto débil de “Tom en la granja” se encuentra en el personaje de Sara, interpretado por Alaciel Molas. Pero esto no se debe a una mala actuación, sino a una concepción del personaje que por momentos roza clichés, que el planteamiento de los otros personajes elude atinadamente.
Profundas similitudes podemos encontrar con la realidad mexicana en este personaje que vive plena y abiertamente su sexualidad en una ciudad moderna, pero colisiona con el pensamiento retrogrado y autoritario de una determinada población rural, pero sería un grave error delimitar nuestro análisis al campo y la ciudad, cuando al menos en México, la homofobia es un nefasto rasgo cultural que tenemos más a la mano de lo que deberíamos, independientemente de la región que habitemos.
Vale la pena mencionar que hace unas semanas también estuvo en cartelera la versión cinematográfica de esta obra de teatro, con el título de “Tom en el granero” y bajo la dirección de Xavier Dolan. Le recomiendo sinceramente que disfrute de la versión teatral y también de la película, para que después decida usted cuál le gustó más, si Tom en la granja o en el granero. Yo, sin duda, voto por la primera.
Por Fernando Bonilla (teatrero chilango).
Mascultura 09-Sep-14
Tom en la granja
Dramaturgia: Michel Marc Bouchard
Dirección: Boris Schoemann
Con: Verónica Langer, Alaciel Molas, Leonardo Ortizgris y Pedro de Tavira
Del 29 de agosto al 26 de octubre de 2014
Funciones: viernes 20:45, sábados 19:00 y 21:30, domingos 18:00 horas
Foro Lucerna (Lucerna 64, esquina Milán. Colonia Juárez, Ciudad de México)
Teléfono: 5535 4178
Entrada General $275