¡No a la chimenea, Petrarca!
Lírico y humanista italiano, Francesco Petrarca fue encaminado por su padre a estudiar leyes. Sin embargo, el joven Petrarca se inclinó por el estudio de la cultura clásica, admirando principalmente a Cicerón. Cierta ocasión, y como no pocas veces sucede entre padres e hijos cuyos intereses e inclinaciones se extrapolan, el padre de Petrarca quemó su biblioteca personal en la chimenea; de entre los escombros, el joven, decepcionado, sólo logró rescatar un libro de Cicerón y uno de Virgilio.