No olvides que has visto una Salamandra

No existe en el universo artista que no sueñe con encontrar a la musa que deleite sus pasiones, estimule sus fantasías e incite su creatividad. Inteligente, coqueta, de estatura media, pelo tan negro como el de una japonesa, frisando los veinticinco años y de una belleza avasalladora que tomaba por asalto los corazones, así era Elena Rivas. Una femme fatale del México porfirista que tras leer un poema del poeta Eugenio León, en El Independiente Ilustrado, comienza a tender una red de promesas para que éste realice su más bella obra de arte.

Desarrollada a finales del siglo XIX literario por el poeta y escritor hidalguense Efrén Rebolledo (1877-1929), Salamandra (1919) narra la historia de un escritor que embriagado de pasión se sumerge en un idilio, rumbo al fracaso y la miseria. Con un lenguaje refinado, Rebolledo crea una atmósfera para jugar con los sentidos del lector y convertirlo en un testigo de cómo Elena Rivas conduce a un estado de exaltación a Eugenio León, al favorecerlo con ciertas acciones veladas, por sobre el resto de sus pretendientes. Un día acepta visitarlo en su casa, pero al llegar la hora del encuentro, él recibe una carta de despedida y una caja de terciopelo blanco protegiendo el testimonio de sus sentimientos.

| Aquí puedes conseguir el libro |

Con recursos literarios eróticos, modernistas y referencias que revelan influencia de la literatura francesa, Rebolledo revela a Elena Rivas como un ser etéreo e inalcanzable que vive para provocar la desgracia de los hombres, permitiéndoles creer que podrían acceder a sus encantos. Esto ocurre con Eugenio León, quien, luego de ser rechazado, sucumbe en la desesperación y comienza a perder su ingenio, trabajo y estatus social. Después de ser un garzón de letras, reconocido y admirado, ya sin dignidad ni respeto por sí mismo, desde una butaca del Teatro Arbeu contempla a la causa de su pasión coquetear con otro hombre y regocijarse del efecto que provoca en él. Esto le hace darse cuenta de que entre ellos media un abismo imposible de franquear, pues mientras ella sigue siendo bella, rica y cortejada; él se ha convertido en casi un mendigo al que todos sus amigos y conocidos le rehúyen.

Texto por: Danahé San Juan Hernández