Hace dos años que Rius se fue… y nos dejó mucha tarea

Hace dos años que Rius se fue… y nos dejó mucha tarea

El reconocido caricaturista, escritor, crítico y divulgador de la cultura política Eduardo del Río, quien estampó su firma como Rius, murió durante las primeras horas del 8 de agosto de 2017.

Entre sus obras más destacadas se encuentran las historietas Los agachados y Mis supermachos,  los libros  500 años fregados pero cristianos y La trukulenta historia del kapitalismo, así como la serie propedéutica Cuba para principiantes. Rius llegó a publicar más de 100 libros.

Su pupilo Rafael “Fisgón” Barajas, en un artículo publicado en el ejemplar de aquel mes de la revista Zócalo, la cual le dedicó la portada, dijo lo siguiente:

No solamente es el caricaturista de referencia de la década de 1960, sino que fue uno de los periodistas que más hicieron por abrir el campo de la libertad de expresión en México. Es un inventor de géneros.

Rius fue merecedor del trofeo de la UNICEF en  1976, ganó el Premio Nacional de Periodismo de México en Caricatura en 1987 y en el 2010. Más tarde, en el 2004 recibió el galardón La Catrina, el cual se entrega a personajes que han hecho aportes importantes a la caricatura y la historieta. En 2010 ganó el Premio Nacional de Periodismo, en la categoría de Trayectoria Periodística.

Sus ilustraciones aparecen realizadas con un trazo ágil y espontáneo, de ejecución rápida y directa, quizás a consecuencia de la velocidad a que se vio obligado a realizar su tarea (él mismo se refería a su trabajo como «horrorosos monos»), pero que dotó a sus historietas de una frescura característica. Su grafismo se sitúa dentro de la línea realista, perfilando a sus personajes a partir del menor número posible de recursos, permitiendo al lector reconocer inmediatamente al político cacique y al honrado trabajador. Los fondos de las viñetas están resueltos a través de líneas sencillas.

Sus ideas fueron siempre de contenido izquierdista. Durante la Guerra Fría fue un entusiasta apologista del comunismo y el bloque soviético. Rius fue un fuerte crítico del sistema político mexicano y sus instituciones (Su majestad el PRI, Los Panuchos, Desde los cristeros hasta Fox), del consumismo (La droga que refresca), del imperialismo (Vera Historia del Tío Sam, La interminable conquista de México) y del combate contra la religión en general, particulamente contra el catolicismo (Manual del perfecto ateo, El mito guadalupano, El supermercado de sectas).

Rius se declaró abiertamente ateo, pero al mismo tiempo destaca el ser “ateo pero cristiano”, probablemente refiriéndose a la cierta admiración que siente por la filosofía cristiana; en sus libros, remarcaba que quienes se dicen cristianos lo que menos practican es el cristianismo.
Colaboró con la revista de crítica sociopolítica El Chamuco y los hijos del averno, de la cual fue fundador.

A pesar de que lo hemos extrañado mucho en estos dos años, todavía tenemos mucha tarea que nos dejó.