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Matemáticas para la vida diaria

Este chiste se lo leí a Carl Sagan: un conferenciante explica a un auditorio que al cabo de 5 mil millones de años el Sol se hinchará a tal punto que engullirá los planetas cercanos, como Mercurio, Venus, y naturalmente, la Tierra. Tras la charla, uno de los asistentes, un tanto angustiado, aborda al científico y le pregunta:

—Disculpe, doctor. ¿Dijo usted que el Sol acabará con la Tierra dentro de cinco mil millones de años?
—Un aproximado, sí.
—Gracias a Dios —respira con alivio el otro—. Por un momento creí que había dicho cinco millones.

La historia causa risa porque ilustra uno de nuestros mayores problemas con las matemáticas: creemos que una precisión numérica sólo es importante si nos afecta de manera directa. Es lo que John Allen Paulos ha denominado “analfabetismo matemático”: la incapacidad de manejar cómodamente conceptos numéricos porque los consideramos ajenos a nuestros problemas. (Sin embargo, sólo es necesario observar todo lo que nos tardamos en dividir una propina entre un grupo de comensales para darse cuenta que las matemáticas son reales y que, entre otras malas noticias, los mexicanos no sabemos cómo aprovecharlas).

El libro más reciente de Adrián Paenza, ¿Y esto también es matemáticas?, demuestra que los números, las probabilidades, la teoría de juegos y otros conceptos forman parte de nuestras vidas de una manera mucho más compleja y profusa de la que estamos acostumbrados a creer. Pero sobre todo, este compendio de reflexiones, retos mentales, historias y juegos nos insta a pensar matemáticamente, lo cual no significa que podrás sacar el porcentaje para tus propinas de manera mucho más eficiente, sino que plantearás las dificultades cotidianas desde otra perspectiva.

Nada ilustra mejor las matemáticas que el juego, esa forma divertida que tiene el hombre de tentar al azar. Y es que Paenza se sirve del arsenal propio de un ludópata para alentar nuestra curiosidad: dados, cartas, laberintos, máquinas tragamonedas*, entre otros, son sus herramientas favoritas para proponer problemas. ¿Es posible ganar siempre en las damas chinas? ¿Cuántas formas existen de mezclar un mismo mazo de cartas? ¿Se puede saber qué número hace falta en una secuencia incluso si se tiene mala memoria? ¿Cómo explicar la excesiva buena o mala suerte de un deportista a través de la media aritmética? ¿Cómo elegir una clave secreta que en verdad sea difícil de descifrar?

Adrián Paenza echa mano de toda cantidad de ejemplos para hacernos comprender cómo las matemáticas nos permiten encontrar soluciones inesperadas a muchos tipos de problemas, desde el tránsito vehicular hasta los pasos para armar un rompecabezas. No se trata sólo de un asunto de números u operaciones sino de estrategias. Es decir, de teorías que permitan analizar los datos disponibles y llegar a un feliz resultado. Todo el tiempo elaboramos estrategias para actividades como minimizar el esfuerzo en el trabajo o mejorar la probabilidad de que algo suceda, pero en pocas ocasiones hacemos uso de las matemáticas para tomar una decisión. Este libro —claro, entretenido y sugerente— nos enseña a pensar de modo distinto y a ver problemas matemáticos ahí donde antes sólo veíamos desabridas situaciones de la vida cotidiana.

Por Eduardo Huchín

*Las máquinas tragamonedas, por ejemplo, suponen un reto de diseño muy interesante: requieren que el casino gane siempre, pero que al mismo tiempo deje ganar al cliente las suficientes veces para que siga jugando. El auténtico desafío no es para el jugador sino para el fabricante, quien, en palabras de Paenza, está obligado a “tocar las probabilidades de manera tal de favorecer a los casinos, pero sin descorazonar a los jugadores”.

Imagen: Portada del libro ¿Y esto también es matemáticas? de Adrián Paenza.
Mascultura 03-Sep-12