OCEANIA de The Smashing Pumpkins, buenos tracks de rock, nada pesados, muy alejados del sonido tradicional

Pasa que uno puede ser muy fan de un grupo. Especialmente, de un momento particular en la historia musical de una banda, cuando se encontraban en su mejor momento, desbordando genialidad. Pasa que cuando este momento cumbre queda atrás, uno pierde el interés en el grupo y deja de poner atención a lo que hacen, especialmente cuando no sólo pasan su pico sino que comienzan a volverse tediosos y aburridos. Uno se desdice; ya no se reconoce como fan. Y reniega de escuchar producciones posteriores de la banda: para qué, si sabe de antemano que no será lo mismo.

Me pasó con los Smashing Pumpkins. Y eso que yo aguanté hasta el Machina: The Machines of God, ¿eh? Muchos se rindieron con Adore. Vaya; hasta le aguanté a Billy Corgan, el líder, su feo proyecto posterior a la separación de los Pumpkins, Zwan. Eso es lealtad. Pero ni cómo ayudarlos. El disco después de Machina…, Machina II, me pareció horroroso y no los escuché más. Respecto a Zeitgeist, el que le siguió, para mí como si nunca hubiese existido. Pasaron los años.

Llegó 2012, y con él, un nuevo disco de los Smashing Pumpkins. Oceania. La alineación de la banda es completamente distinta a la que yo conocí; su sonido también lo es. No está nada mal. El álbum forma parte de un proyecto conceptual de 44 canciones que ha estado conformándose desde 2009; este tipo de proyectos generalmente suelen resultar demasiado ambiciosos y terminar siendo un desastre, pero al menos las canciones que componen Oceania no lo son. Son buenos tracks de rock, nada pesados, muy alejados del sonido tradicional de lo Smashing Pumpkins… pero esto es algo bueno. ¿Por qué? Porque ya no es la misma banda. La gente que la forma es otra, Corgan también; el jovencito atormentado responsable de canciones legendarias como “Disarm” no existe más.

Me parece que lo único malo que tiene este disco es, precisamente, que esté firmado por los Smashing Pumpkins. Pasa que cuando uno es fan, después de más de 20 años de trayectoria de una banda y algunos discos poco afortunados, se le ha perdido la paciencia. Eso le ocurrió a tantos fans de los Pumpkins… Y a este disco vale la pena darle una oportunidad. Tiene canciones muy bonitas, como “Pale Horse” y “Wildflowers”; es un Billy Corgan más viejo, más recatado y más en paz consigo mismo. El tipo sigue siendo talentoso. Pasa que cuando uno es fan y se desilusionó, puede eventualmente reconciliarse con su banda.

Y yo me reconcilié.

Por Leonora Milán

Oceania de The Smashing Pumpkins disponible en Librerías Gandhi.

Imagen: Portada del disco Oceania de The Smashing Pumpkins.
Mascultura 19-Sep-12