Libre mercado y narcotráfico
"Narcoamérica" es un título que nada tiene de sorpresivo cuando lo leemos, quien no esté consciente del tráfico de drogas en el continente americano es alguien que o es muy joven o vive en negación. México no sólo es productor de marihuana sino también uno de los países de mayor tráfico de cocaína que viene del Centro y Sur para quedarse o bien seguir su camino hacia nuestro país vecino del Norte, pero también hacia Europa.
Este es un libro escrito por tres jóvenes que se conocieron mientras hacían un máster de periodismo en España, ellos son Alejandra S. Inzunza, José Luis Pardo y Pablo Ferri, quienes se embarcaron en la gran tarea de recorrer en auto, las más de las veces, el continente y narrar las rutas del narcotráfico en América:
“Llevábamos ocho meses conduciendo desde la ciudad de México, por autopistas, por carreteras mal asfaltadas y terracerías. Nos deteníamos en las ciudades y en los poblados para reportear, para escribir, para entender. Finalmente nosotros tres, habíamos llegado al punto que divide al continente. Una oclusión en esa arteria que es la autopista panamericana impedía seguir el viaje por tierra. No hay carretera que una a Panamá con Colombia, países colindantes. La selva del Darién, que conecta el istmo con Sudamérica, es un territorio casi inexplorado y dominado por paramilitares, guerrilla y narcotraficantes. Mandamos nuestro Pointer en un contenedor y decidimos surcar el mar Caribe por el que hace siglos Henry Morgan y Francis Drake escondieron sus tesoros.”
La propuesta de este trío de amigos no es relatar los acontecimientos violentos en torno al narcotráfico de los que diario nos enteramos en las noticias, ni aprovecharse del morbo del crimen organizado, sino presentar una serie de relatos de viaje, haciendo uso de la crónica como género periodístico, para contarnos sobre personajes que día a día conviven íntimamente con el narco y que no son esos grandes cárteles ni los líderes más mentados. Gente como nosotros que, por diversas circunstancias, quedaron en medio de la batalla territorial de una de las más grandes mafias que han existido, que se convirtieron en narcomenudistas, en mulas, en productores de hoja, en mediadores: “Entrevistamos expertos, zares antidroga y buscamos traficantes en las cárceles”. Pero también gente que dentro de sus posibilidades ha intentado seguir otro camino.
Las crónicas no siguen el orden natural del camino que recorre la droga, sobre todo de Sur a Norte, sino que han sido organizadas por los mismos jóvenes de acuerdo a las problemáticas que presentan. El recorrido es largo, más de 300 páginas que dan espacio a las voces más extrañas, interesantes, marginales, etcétera. Y a pesar de lo extenso que pareciera ser este libro, no se acerca siquiera a la totalidad de historias que abundan en América sobre un problema que nos ha afectado a todos. Sin embargo, sí alcanza a exhibir ciertos aspectos que lo han colocado en el lugar que tiene hoy en día: “Poco a poco fuimos descubriendo un fenómeno que se basa en el libre mercado y en la dispersión de la ignorancia. Los que forman parte de la cadena no se conocen entre sí. No saben que son un engranaje”.
Estas historias se van entretejiendo también con otra parte anecdótica sobre escritores, médicos, empresas, en fin, que han tenido algún tipo de vínculo con el consumo de drogas, principalmente con la cocaína, y cómo la percepción sobre la misma ha ido cambiando. Por ejemplo, se habla de escritores como William S. Burroughs, Conan Doyle, Hermann Hesse, Robert Louis Stevenson, y hasta del historiador Garcilaso de la Vega.
Narcoamérica también toca esos puntos ciegos, en los que es difícil saber en quien cae la mayor responsabilidad del conflicto, pues se han violado tantas normas de convivencia que resulta imposible hablar de buenos y de malos. El narcotráfico es un cáncer que se ha extendido por todo el continente y una vez que ha pasado esto ¿será posible encontrar una cura?
Por Perla Holguín Pérez
Máscultura 07-Abr-15