Prohibido no bostezar: LA ESCUELA DEL ABURRIMIENTO, de Luigi Amara

¿Aburrimiento? No. Eso pareciera que es cosa del pasado. Hoy en día tenemos catálogos y revistas con fotos y chismes de gente famosa, videos llenos de gracia en Youtube, cientos de canales de televisión, decenas de videojuego y distintas consolas para probar todos y cada una de ellos; las redes sociales, los celulares con su amplio surtido de aplicaciones, entre otras baratijas que hacen el tiempo más liviano. ¿Para qué bostezar si se puede reír?

Sumergidos en una sociedad que condena el aburrimiento y lo cataloga al lado de males que aquejan a una época donde lo único rescatable es lo que logra producciones en bruto y hacia adelante –cualquiera que sea el desemboque de ese camino–, Luigi Amara se pregunta en su libro La escuela del aburrimiento sobre la experiencia del tedio, sus características y la potencialidad que esconde en sí mismo y en su explosión manifestada en un bostezo.

La escuela del aburrimiento no es solamente el desarrollo de una idea del narrador que se encierra en su cuarto, en su isla solitaria y desconectada del mundo, sino una experiencia del estar encerrado con uno mismo, obligado a pensar en su existencia sin las prótesis artificiales que se han desarrollado en nuestro mundo desbordante de tecnología. Es el encuentro con uno mismo a partir del autoexilio.

¿Hasta qué límite somos capaces de adelgazar el contacto con otros seres humanos? Piénsenlo bien y tal hazaña parece imposible, tanto que se inventaron las llamadas redes sociales, donde desde la comodidad de nuestros sillones somos capaces de estar de cierta manera omnipresente. ¿Cuánto tiempo podemos aguantar con nosotros mismos? Actualmente es poco el tiempo que nos dedicamos, siempre pensando de qué manera introducir un aspecto nuevo a la ya tan desgastante rutina.

La escuela del aburrimiento nos comparte la experiencia de adelgazar ese contacto hasta sus últimas consecuencias a lo largo de varias semanas, encarar el aburrimiento y dejarlo que hable o, en su defecto, que bostece todo lo que quiere.

A lo largo del libro desfilan diversas explicaciones sobre el tedio en voz del autor y de otros pensadores, así como su repercusión en manifestaciones artísticas como la música y literatura.

Pareciera que el libro surge como una consecuencia del aburrimiento al que se somete el narrador, así como en su momento le sucedió al punk.

En homenaje a la Internacional Bostezante, Luigi Amara nos reconduce a una puerta que desemboca en uno mismo, en la dilatación del tiempo, uno que para gran parte de la población ya no tiene nada que ofrecer, más que una repetición de sí mismo, algo parecido al coyote que jamás logra alcanzar al correcaminos.

Al estar la ironía o el humor ya tan arraigados en nuestra cultura, ¿por qué no probar también con el aburrimiento? Si ya nos hemos acercado a los mundos posibles que nos desvela la carcajada, ¿por qué no echar un vistazo a los que están escondidos en el bostezo?

Por Rolando Ramiro Vázquez Mendoza

Imagen: Portada del libro La escuela del aburrimiento de Luigi Amara.
Mascultura 30-Ene-13