Heridas abiertas
Hay libros que pudieran medirse por el tiempo que nos lleva leerlos, este es el caso de “Heridas abiertas”, de Gillian Flynn, del que es difícil despegarse durante sus poco más de 300 páginas una vez que se han leído un par de párrafos. Si eres fanático de la novela negra, ésta es sin dudas una buena experiencia del género.
Camille Preaker es una reportera de un periódico de Chicago, quien admite no ser de lo mejor en su gremio; sin embargo, es enviada a la ciudad en la que creció, Wind Gap, para investigar acerca del misterioso asesinato de una menor y de la desaparición reciente de otra pequeña. La oportunidad laboral de Camille para destacar la llevará a reencontrarse con un pasado familiar del que no había salido ilesa, al tiempo que trata de reunir pistas y descripciones suficientes de las desaparecidas para formular una posible nota sobre un asesino serial o al menos un retrato completo de las víctimas.
Wind Gap posiblemente te haga pensar en los sucesos que alguna vez encerró Wisteria Lane del famoso programa de televisión "Esposas desesperadas", no por los casos en sí, sino por el ambiente tranquilo y familiar que pretende mostrar el vecindario, mientras que en el fondo ocurren todo tipo de crímenes. Este pequeño poblado al que Camille regresa no sólo encubre la desaparición de dos niñas y el asesinato de por lo menos una de ellas, quien fue encontrada con signos de estrangulación y sin un solo diente; sino también las relaciones complicadas familiares, particularmente entre madres e hijas, y los abusos y la violencia, especialmente sexual, a la que se ven sometidos los adolescentes.
Con ecos de una visión feminista, algunos de los personajes femeninos de Heridas abiertas intentarán, a lo largo de sus páginas, sobrevivir y tal vez lograr asumirse como alguien real en un ambiente en el que las mujeres parecieran estar predestinadas a la imagen de la mujer y de la vida tradicional y conservadora que exhibió la televisión norteamericana de los sesenta. En una ciudad violentada por la tragedia de Ann y Natalie, las pequeñas en cuestión, así como por la competencia misma entre mujeres que pierden su identidad absorbidas por las reglas de una ciudad que pareciera seguir en el pasado, Camille tendrá que hacer su trabajo e intentar penetrar en los pensamientos de quienes quiso alejarse el día en que se marchó de Wind Gap.
Heridas abiertas, publicada originalmente en el 2006, es un thriller psicológico escrito inteligentemente, que abunda en descripciones emocionales que mantendrán la atención del lector entre el suspenso de dar con el criminal y cerrar las heridas de una infancia tormentosa. Gillian Flynn cuestiona sin dudas lo que su personaje pareciera apenas percibir de soslayo: “¿Es que el mundo se ha vuelto loco? El mundo se había vuelto loco, algo horrible estaba pasando aquí mismo.”
Una novela ampliamente recomendable por su fuerza narrativa, sus personajes bien definidos y, sobre todo, por su capacidad para retratar la maldad más allá de la apariencia de quien la ostenta.
Por Perla Holguín Pérez
Gillian Flynn, “Heridas abiertas”. México, Roja & Negra, 2014, 306 pp.
Mascultura 25-Ago-14