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“Hacia la Fundación” de Isaac Asimov: el fin de las estrellas

En los últimos años hemos sido testigos de un acelerado progreso tecnológico. No ha pasado un lustro, cuando las innovaciones científicas ya han dado pasos agigantados: telecomunicaciones, gadgets, videojuegos, entre un sinfín más de aparatos que van cambiando y perfeccionándose. ¿Cuánto tiempo será necesario para que los descubrimientos choquen con un muro de contención? Es probable que llegue un momento en el que el avance vaya desacelerándose a tal grado que afecte a otras disciplinas científicas y todas, en conjunto, inicien un periodo de decadencia.

Eto Demerzel así supuso el estancamiento de su época. También lo entendieron Hari Seldon y Dors Venabili. Es probable que nosotros, con el desarrollo -aún no realizado- de la psicohistoria, podríamos saberlo, así se nos vaya la vida en ello. “Hacia la Fundación” (Penguin Random House Grupo Editorial, 2015), de Isaac Asimov, es justo el escenario donde la psicohistoria, a diferencia de las demás ciencias, avanza, aunque lentamente. Esta segunda entrega de la saga “Fundación”, publicada por primera vez en 1993, nos acerca al paulatino desarrollo de la ciencia que guarda tan codiciosamente el brillante matemático Hari Seldon.

Trantor, la capital del Imperio Galáctico, se sume cada vez más en la ruina. Eto Demerzel se ve acosado entre presiones políticas y sociales que escapan de su poder, para tenerlas bajo control. Las leyes de su naturaleza sobrehumana le impiden, a su vez, tomar medidas drásticas. Sin embargo, el emperador Cleón I se desespera con la ineficiencia de su primer ministro, para sofocar la indignación popular y el crecimiento del movimiento joranumita que pretender quitarle el poder.

“Hacia la Fundación” es la historia del Imperio Galáctico durante los últimos años de Hari Seldon que, en realidad, no fueron pocos. Tras haber trabajado con su amigo Yugo Amaryl en la psicohistoria, han conseguido tener avances importantes. Sus relaciones con el campo político tendrán una permanente incidencia en su vida; mientras ven cómo se suceden dinastías imperiales, juntas militares, ministros, guerras, conjuras y traiciones, su existencia consagrada al desarrollo de su ciencia no verá descanso alguno. Los jóvenes que conocimos en “Preludio a la Fundación” ahora se muestran como científicos consumados, padres cautelosos e hijos pródigos.

Predecir qué camino tomará el desarrollo de un planeta, tomando en cuenta el enarbolado de condiciones sociales, políticas, históricas, económicas, entre otras más, en un proceso largo, puede resultar una tarea sumamente compleja. ¿Imaginan cómo sería acertar, a partir de métodos matemáticos, con el futuro de todo un Imperio que consiste en miles de planetas y millones de habitantes? No necesitan ustedes de la psicohistoria para saber qué sucederá con Hari Seldon, con Raych o Wanda Seldon, Dors o Demerzel. Podría limitarme a decirlo aquí, en unas cuantas líneas, o dejarlos a ustedes a que se encaminen “Hacia la Fundación”.

(Esta reseña fue tomada de la Enciclopedia Galáctica, de la edición número 116, publicada el año 1020 E.F., por la Compañía Editora de la Enciclopedia Galáctica, Terminus, con permiso de la editorial.)

-Isaac Asimov. “Hacia la Fundación”, México: Penguin Random House Grupo Editorial, 1ra. Edición, 2015, 446 pp.

Por Rolando Ramiro Vázquez Mendoza  @LordNoa

Mascultura 01-jun-15