¿Aprobarás?: "Examen de mi padre" de Jorge Volpi

Todos pasamos tanto por momentos libres como por otros en los que se sufre; algunas ocasiones más nos mantenemos tibios. Y no tenemos una respuesta clara y propia, para nosotros mismos. Ésa es una parte que no sabemos reconocer de nuestra alma o pensamiento, o nos quedamos envueltos en pasados y en telarañas que no hacen nada más que atormentarnos. La muerte tiene un peso enorme en la vida, es un proceso que casi nadie asimila y ante el cual no tenemos una preparación para recibirla, no la hay. Por mucho que nos digan lo contrario. Un modo de recuperar a nuestros seres queridos es mediante el recuerdo y qué mejor si lo hacemos escribiendo y leyendo. Así como hace Jorge Volpi en Examen de mi padre (Alfaguara, 2016).

“Mi cerebro se inunda de dopamina y otros neurotransmisores; por un instante me siento abatido y receloso y, sin embargo, este estado se resuelve en una extraña paz o al menos en una contención que no me desagrada. Acaba el movimiento y me inunda una sensación de placer: un placer acotado por otras emociones, pensamientos y recuerdos, como si la satisfacción fuese el tono principal y bajo ella distingue una sutil variedad de armónicos, notas amargas, melancólicas y frustrantes o dolorosas que amplían mi experiencia.”

Transformaciones a lo largo de las horas y las estaciones.
Diseñado por su propio dueño, el estudio revela esta observación: dos ventadas dirigidas hacia el sur y un enorme ventanal hacia el norte le permiten graduar la luminosidad a su antojo. Decenas de naturalezas muertas.

“Yo decidí volver mi luto literario y dediqué el 2015 a un libro que me permitiese recordarlo. A lo largo de diez meses escribí diez ensayos; atendiendo a su condición de cirujano, al inicio sólo sabía que cada uno de ellos debería hacer referencia a una parte del cuerpo” – Jorge Volpi.

Con información extraída de Volpi, Jorge. Examen de mi padre, Barcelona: Alfaguara.

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MasCultura 05-sep-16