EL FANTASMA DEL CONVENTO: El otro terror de México

Uno entra a Gandhi, se da cuenta que uno de los dvds más vendidos es El fantasma del convento y el corazón salta de júbilo. Aún hay esperanza en el mundo. Los amantes del cine de terror, aunque el fenómeno sea adjudicable a la temporada de muertos, han volteado a ver a uno de los grandes clásicos del cine de este país y del género de terror universal.

El fantasma del convento, en muy pocas palabras, es uno de los dos grandes clásicos del cine de terror mexicano de los años treinta. Fue dirigida en 1934 por Fernando de Fuentes, con un guión de Juan Bustillo Oro quien a su vez dirigió el mismo año Dos monjes, el título que completa la oferta en los treinta. Lejana en términos estéticos del ensayo expresionista de la alucinante Dos monjes, El fantasma del convento es mucho menos psicológica y menos experimental. Su terror es más tradicional no solamente porque lidia con fantasmas y apariciones, sino porque aunque con una carga sexual grande, está más directamente vinculada con las tradiciones sobrenaturales de este país, algo que, como a todas las cinematografías del mundo, la caracteriza y hace particular.

Si alguien de verdad quiere entrar a las raíces del cine de terror debe ver, por lo menos una vez, El fantasma del convento. Tres amigos (dos hombres y una chica) pasean en su coche y, claro, en medio de la oscura y tormentosa noche, éste se descompone y ellos deciden caminar hasta la una extraña construcción que resulta ser un convento (o monasterio, da igual, ya que lo que les ocurre a estos chicos es tremendo). Ahí los monjes les dan asilo y en medio de la noche se desatan todas las tensiones sexuales y todo tipo de misterios y negros impulsos que toman otra dimensión cuando aparece la luz del sol.

Como ven, es la mezcla perfecta de los elementos de toda anécdota de terror, prácticamente alrededor del mundo, aderezada con elementos tan mexicanos como los monjes, las iglesias y las imágenes católicas, espeluznantes y sangrientas desde el punto de vista de la película.

La cinta, lo repetiré, es todo un clásico. Construye sus elementos, alimenta sus atmósferas, infla el misterio, tiene gran ritmo y un desenlace que, de haber contado con mejores posibilidades de desarrollar efectos visuales, sería simplemente delirante. Quizá merecemos una nueva versión y tendremos que traer de nuevo a Guillermo del Toro. Mientras eso pasa, El fantasma del convento resulta irresistible.

Por Erick Estrada www.cinegarage.com

Imagen: Portada de la película El fantasma del convento de Fernando de Fuentes.
Mascultura 22-Nov-12