Todos quieren ser un rockstar

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Tenemos muchas alternativas en la vida y una de ellas es ser estrellas de Rock & Roll o, como se suele decir entre cuates: rockstar; soñamos con tener fans y gente detrás de nosotros, acorralando nuestros cuerpos vestidos de cuero, con el cabello largo y andando por las calles en una Harley-Davidson, como lo hace Billy Idol por California. O como lo hiciera Patti Smith en su travesía por la geografía del rock y del punk. Pero en fin, como no todo se puede en esta vida, algunos nos damos a la tarea de investigar y nos acercamos a los textos que iniciaron el periodismo musical o, mejor aún, estudiar un poco el oficio del periodista, como lo menciona Ryszard Kapuściński: “ver no es saber”

¿Quién no ha querido estar con su músico favorito? Aquí dejamos las crónicas sobre Cómo entrevistar a una estrella de rock y no morir en el intento de Fernando García (Editorial JUS).

“Es como cuando empezamos con los Sex Pistols: aprendimos a tocar nuestros instrumentos, hicimos canciones y todos nos odiaron. Ahora odian a PIL. ¿Por qué nos odian? Es la misma situación: hacemos nuestra música y nos rechazan, no somos farsantes. Éramos jóvenes tratando de salir adelante”. – John Lydon, 6 de noviembre de 1992.

El fantasma de chaqueta de piel, camiseta negra y vaqueros caídos siempre está sentado. Es como un buda malo que tiene las piernas cruzadas y sostiene con delicadeza un cigarrillo fino. ¿Qué quiere saber? ¿Qué es lo que le interesa? Esa es la pregunta que hace el fantasma, con su voz sexy y sombría, cuando no le respondes."
Lou Reed, 8 de noviembre de 2000.

Acoso múltiple a algunas de las principales figuras del siglo XX. El autor sube a un automóvil para perseguir el convoy de Paul McCartney por las calles de Buenos Aires hasta entablar una “conversación” a señas de coche a coche; aborda un avión donde se acerca a Jon Bon Jovi y logra un extraño momento de sinceridad (el astro se quita sus lentes oscuros); se encuentra con el sofisticado Bowie y sus dientes amarillos en un camerino brasileño que más parece un basurero; recibe la encomienda de Johnny Rotten de comprar cigarros; habla por larga distancia con Bono, la comunicación se corta y el cantante de U2 le llama de regreso; encara uno por uno a los Bee Gees y descubre que ninguno quiere hablar del otro y odian la palabra que los une (hermanos); recibe el esperado regaño de Lou Reed y se somete a su interrogatorio. La escena musical semeja un avión de combate donde las turbulencias son una magnífica noticia, la señal de que la nave aún no ha sido derribada. Este libro tiene un valor de caja negra, el insólito depósito donde se registran las últimas palabras antes de que todo sea accidente y grito y fuego y estallido.

Juan Villoro

Entrevistas de estrellas de rock en gandhi.com.mx

MasCultura 13-jul-16