Primo Levi: 100 años

Lunes 29 de julio de 2019

Es el año del centenario del escritor italiano Primo Levi: habría cumplido 100 años el próximo 31 de julio.

Nacido en Turín en 1919 de padres de clase media cuyos antepasados huyeron de la Inquisición española, Primo Levi fue sometido en los años 30 a las leyes raciales italianas que amenazaban sus estudios académicos, y también a los edictos raciales alemanes que amenazaban su vida.

Gracias a un profesor comprensivo que aceptó ser su asesor de tesis, se doctoró en Química en la Universidad de Turín. Luego, a inicios de 1943, Levi salió de Turín con un grupo de diez amigos y huyó a las montañas con la intención de unirse a un movimiento de resistencia italiano llamado Giustizia e Libertá. Pero Levi fue arrestado en diciembre de ese año por los fascistas, ante quienes admitió ser judío.

En febrero de 1944, fue encarcelado en Auschwitz. Allí, trabajando en un laboratorio químico pero esperando la muerte en cualquier momento, sabía que estaba viviendo lo que llamó “la experiencia fundamental” de su vida.

Al final de la guerra, tras 20 meses en Auschwitz, fue uno de los tres de los 125 judíos enviados desde Fossoli, que hicieron el viaje de vuelta a Turín cuando el campo fue liberado. Reanudó su profesión de químico. En 1948, un año después de que se publicara su primer libro, Así fue Auschwitz, fue nombrado gerente de un laboratorio en una fábrica de pinturas, puesto que ocupó hasta que se retiró en 1977. En 1975 publicó La tabla periódica, en la que, entre otras cosas, reconoció su deuda con su profesión científica. Ampliamente reconocido en este momento como uno de los escritores más importantes de Italia, continuó produciendo poesía, memorias, ficción y ensayos.

Si esto es un hombre es otro de varios libros sobre el fatídico recuerdo de lo vivido en el Holocausto.

Ustedes que viven seguros
en sus cálidas casas…
Considere si este es un hombre
Quién trabaja en el barro…

Quien no conoce la paz
Quien lucha por un trozo de pan
Quien muere por un sí o un no.

La demolición del hombre

Sobre su experiencia en el campo de concentración, cuenta Primo Levi que los internos fueron llevados primero a un campo de trabajo, donde fueron “afeitados y cortados”, y obligados a ir a los baños para ser desinfectados antes de ser llevados a Auschwitz.

Entonces, por primera vez, nos dimos cuenta de que nuestro lenguaje carece de palabras para expresar esta ofensa, la demolición de un hombre. En un momento, con una intuición casi profética, se nos reveló la realidad: habíamos llegado al fondo. No es posible hundirse más bajo que esto; ninguna condición humana es más miserable que esta, ni podría serlo concebiblemente. Ya nada nos pertenece; nos han quitado nuestra ropa, nuestros zapatos, incluso nuestro cabello; si hablamos, no nos escucharán, y si escuchan, no entenderán.

Pronto el nombre fue quitado por un número. A Levi se le asignó Häftling (prisionero) 174517, un tatuaje en el brazo izquierdo que se debía llevar hasta la muerte. La intención del detalle clínico, según él mismo, era “proporcionar documentación para un estudio silencioso de ciertos aspectos de la mente humana” y de cómo uno es capaz de comportarse con el otro. Para Levi, “precisamente porque el campo era una gran máquina para reducirnos a las bestias, no debemos convertirnos en bestias”.

Soportó el dolor de “contar la historia, dar testimonio”, permanecer con vida para no “comenzar a morir”. Una vez le preguntaron por qué no había expresión de odio por los alemanes y si los había perdonado: el epílogo de la edición en inglés tiene una gran cantidad de preguntas, respondidas por Levi, dijo: “Mi temperamento personal no está inclinado al odio”.

Si su primer libro fue sobre el “descenso al infierno”, años más tarde escribió otro libro, La tregua, que describe el viaje a una celebración de la vida a su alrededor.

Levi se suicidó en 1987, arrojándose por sobre la barandilla de la escalera de mármol frente a su departamento de un cuarto piso, en Turín. Fue el mismo departamento en el que había nacido, donde él y su esposa criaron a sus hijos. +