Laurie Anderson: alimentémonos de poesía y arte

Laurie Anderson nos define el “ser artista” en estos días y, como hace ella misma, se alimenta de la poesía y el arte.

Laurie Anderson es una artista de vanguardia que inauguró la Cátedra Max Aub en arte y tecnología, con una conferencia magistral llevada a cabo en la Sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario (CCU) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La poeta mexicana, Rocío Cerón, brindó algunas palabras de bienvenida al público asistente, refiriéndose a Anderson –poco antes de que ella subiera a contarnos sus experiencias en el arte y la tecnología– como una de las figuras más importantes del plano artístico contemporáneo.

Max Aub nos dejó un gran legado como narrador, dramaturgo y profesor universitario. Un personaje envuelto en la creación y las artes, al explorar diversas disciplinas artísticas. Fue director de Radio Universidad de 1960 a 1966 y fue él quien dio pauta para la radio cultural de la época. Promovió la creación de uno de los trabajos fonográficos más importantes en las letras hispánicas: la colección Voz Viva, con el registro de las voces más representativas de los escritores: Alfonso Reyes, Pablo Neruda, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, entre otros.

Laurie Anderson (Estados Unidos, 1947) es un ente multifacético rodeado de las artes y el sentimentalismo humano y tecnológico: Anderson crea y mueve el tiempo. Sus creaciones musicales han marcado a generaciones de artistas de música electrónica, sus instalaciones aplicadas al multimedia han hecho que se vuelva de culto y de respeto a nivel mundial. Su pasión por los libros, por el arte y el teatro le han permitido ser parte de la crítica especializada, colaborando en diversas revistas de arte. Anderson fue cómplice y alma del cantante Lou Reed hasta el último de sus días.

Tras salir de la universidad, al haber finalizado la carrera de Escultura, en la Universidad de Columbia y la especialidad en Historia del Arte en Barnard College, desarrolló como parte de su trabajo artístico una máquina de escribir electrónica como inicio experimental. Los Fracasos, dice, le han brindado diversos éxitos que la encaminaron en el desarrollo e invención de sus propios instrumentos, como el violín de arco de cinta, con cabezal magnético en lugar de las simples cuerdas y una cinta de audio en vez de las cerdas del arco, creando Loops y texturas sónicas o el mítico traje con sensores, que proyecta sonidos de batería electrónica durante sus conciertos o happenings.

Durante más de noventa minutos, Laurie Anderson se volvió cómplice de los asistentes y cautivó a un público joven en su mayoría, aunque había otros que ya conocían parte de su trabajo.

Contó historias totalmente fascinantes con las que echábamos a volar nuestra imaginación y nos obligaba a ponernos en sus zapatos. Pudo llevar al público a una catarsis emocional, con las imágenes que proyectó en la sala y hacernos ver que una de las razones más importantes para cambiar al mundo es el tiempo. Cuestionó, con una voz firme y precisa, “¿qué significa ser un artista en estos días? Los inicios en el arte, la música y la tecnología hacen que apreciemos lo que rodea al mundo, de hecho, somos un rectángulo de imágenes que hacen una imagen duradera que la convierte en una voz viva.” La narrativa musical y artística de Anderson sensibiliza y trasforma la manera de ver el arte y la vida en la actualidad. Confesó que en el principio de su carrera se aburría de su voz: “Estoy cansada de mi voz y por eso utilizo herramientas que se acondicionen a mi espacio”.

Tengamos en cuenta lo que menciona y apliquemos sus palabras a nuestras vidas, apropiémonos de la poesía y el arte, que son lo que realmente nos alimentan.

Aprópiate de las palabras de Laurie Anderson en gandhi.com

Por Ulysses Avath 

MasCultura 25-sep-16