El futuro del mundo está ligado a las ciudades, según el arquitecto Norman Foster

El futuro del mundo está ligado de modo inextricable a las ciudades, afirma el arquitecto británico Norman Foster. "Hace cuatro años pasamos ya el punto en que por primera vez en la historia hay más gente viviendo en las ciudades que fuera de ellas", afirma Foster en declaraciones al diario The Times.


"El ritmo de las migraciones en el mundo en desarrollo es actualmente diez veces superior al de Europa durante la revolución industrial. Eso es lo que convierte en una tarea tan urgente el desafío de diseñar mejores ciudades", explica.


Es algo que se ha propuesto el propio Foster en Abu Dhabi, donde está creando una ciudad enteramente ecológica llamada Masdar en pleno desierto.
 

Destinada a acoger a 100.000 personas, Masdar obtendrá toda su energía a partir del Sol y de otras fuentes renovables y será, si todo funciona conforme a los planes del arquitecto, la primera ciudad del mundo neutral en carbono.

"Masdar es un experimento que entraña a su vez múltiples experimentos. Uno de ellos emplea tecnología utilizada en Islandia para extraer petróleo de las profundidades de la tierra, pero en su lugar extrae agua caliente que puede convertirse en un sistema de refrigeración", explica Foster.

Masdar es una ciudad construida a partir de la nada, pero Foster cree que en las ciudades ya existentes, como Londres, es urgente tomar decisiones valientes para construir edificios sostenibles, practicar un urbanismo de alta densidad de población y que privilegie el transporte público sobre el privado.

"Dadas las presiones del cambio climático, el crecimiento demográfico y el agotamiento gradual de los recursos naturales, tendríamos que estar ya experimentado como locos en lugar de seguir haciendo más de lo mismo", explica Foster.

Preguntado si cree que sus edificios seguirán aún en pie después de un siglo, Foster responde: "Si uno está en un campo creativo, confía en que sus proyectos sean realmente intemporales". Pero, agrega, "la realidad es que si se inventa algo más apropiado, los edificios existentes le cederán su puesto. Las ciudades no paran de renovarse. Así que es contradictorio decir que uno construye un edificio que va a durar para siempre".


El arquitecto británico, que es un apasionado del esquí y de la bicicleta de montaña, explica que algunas de sus ideas creativas las tuvo en sus expediciones alpinas.


"Es una experiencia tipo zen. Recuerdo que una vez durante una excursión en bici por Alemania le estuve dando vueltas al proyecto del estadio de Wembley y se me ocurrió de pronto que la estructura que había pensado no era la mejor. Nada más regresar telefoneé a la oficina y nació la idea del arco (de Wembley)".

 

Londres, 28 ene (EFE).