El escritor mexicano Antonio Ortuño afirma que no tiene casi nada que ver con escritores del primer mundo

El escritor mexicano Antonio Ortuño confesó hoy que sus relatos tienen poco que ver con los de sus contemporáneos del "primer mundo", pues suele apostar por historias de personas, sobre todo en los antihéroes, más que buscarlas pegado a su computadora o a la televisión.


"Más que los lugares lo que me interesa es escribir sobre la gente, historias de la gente. Es una literatura antropomórfica cien por ciento, más que la creación de atmósferas o la evocación de lugares concretos", dijo Ortuño (México, 1976) en entrevista.


"A mí lo que me interesan son las personas, con sus variantes de interés, pero en términos generales son las mismas en todos lados", explicó el escritor, quien recientemente publicó en México el libro de relatos "La señora rojo" (Páginas de Espuma, 2010).


La obra, un compendio de trece cuentos, "ahonda básicamente en el conflicto, en la violencia, la tragedia, la pérdida, la derrota, pero no me parece un libro lánguido, desesperado, en ese sentido".


Su ficción sigue la línea trazada en anteriores trabajos como en la novela "Recursos humanos", con la que fue finalista en 2007 del Premio Herralde, que otorga cada año la editorial Anagrama.

"Los personajes no están rendidos. De hecho todos luchan contra el entorno y las circunstancias con lo que tienen a mano y, bueno, son derrotados pero en el intento de hacer otra cosa (…) Van al matadero pero alegremente", asegura.
"La mayor parte son asumidamente anti-heroicos. Caen en el intento de la autodefensa", explica el narrador mexicano, quien mantiene en los trece cuentos de su última obra la espontaneidad y el humor.


Ocho de ellos versan sobre "lo íntimo, lo privado, la pareja, la familia, la vida cotidiana, a veces un poco enloquecida", y los cinco restantes son historias ambientadas en "lo público", espacios como la escuela o la cárcel. Todos ellos, afirma, están acompañados de una especie de "alegría fúnebre", como diría el filósofo mexicano fray Servando Teresa de Mier (1763-1827).


Hijo de emigrantes españoles llegados a México, Ortuño confiesa que no tiene casi nada que ver con "la generación de jóvenes escritores españoles", los que serían sus contemporáneos en España, "porque son y se asumen como escritores de 'primer mundo'".


"Ellos en este momento están muy interesados en reflexionar sobre twitter, sobre la televisión, la cultura pop, y mucho menos en las circunstancias de la gente porque vienen, digamos, de una sensación de seguridad social nacional que existió hasta hace poco en España", afirma.


Confiesa que con frecuencia, ante sus contemporáneos españoles, siente que está "leyendo a veces a escritores daneses o estadounidenses, que están interesados en su computadora y en lo que ven en la tele".

A futuro cree que la crisis económica que hay actualmente en España, si perdura, podría trasladar a la narrativa nuevos puntos de vista y acercarla, de alguna manera, a la que se hace en América Latina, que se alimenta de "muchos conflictos, continuos y serios" y donde la crisis es algo cotidiano.


Antonio Ortuño es autor del libro de cuentos "El jardín japonés" (2007) y de las novelas "El buscador de cabezas" (2006) y "Ánima", recién terminada, una sátira cultural basada en las experiencias de un grupo de cineastas que será publicada este año por Random House Mondadori.


El año pasado la prestigiosa revista literaria británica Granta le seleccionó como uno de los mejores escritores iberoamericanos menores de 35 años junto a los españoles Andrés Barba, y Elvira Navarro, o los argentinos Patricio Pron, Lucía Puenzo y Samanta Achweblin en la antología "Los mejores narradores jóvenes en español".

 

México, 28 ene (EFE)