“Melocotón loco”: bajo el lente del amor

En uno de sus mayores éxitos como solista, Paul McCartney se pregunta si la gente ya ha tenido suficiente de tontas canciones amor. Al igual que él, me parece que la respuesta es no. Y no me refiero sólo a las canciones, pues con las novelas románticas sucede algo parecido. Porque, seamos sinceros, todos en algún momento de nuestra vida hemos atravesado por aquella fase del enamoramiento donde todo nos parece perfecto. Los problemas que antes nos angustiaban ahora se vuelven más sencillos, no hay lugar para la melancolía y los rumores del infortunio pasan a segundo plano. Necesitamos gritar a los cuatro vientos lo bien que nos sentimos y hasta el hecho más insignificante lo podemos convertir al instante en algo extraordinario. Por lo mismo, encontrarnos libros que describan con gran precisión las alegrías y desventuras del enamoramiento (y que de inmediato nos identifiquemos con ellos) siempre resultará gratificante. Es por eso que “Melocotón loco” viene a confirmar lo que ya sabemos: nunca nos cansaremos de leer buenas historias de amor.

Entretenida y auténtica, con ligeros tintes eróticos y una muy clara elocuencia humorística, Megan Maxwell nos presenta en “Melocotón loco” el romance entre Ana y Rodrigo. Ella, una fotógrafa que sólo vive para su trabajo en Madrid, y él, un bombero con pinta de modelo que roba la atención de prácticamente cualquier mujer, pasarán por un sinfín de enredos y situaciones alucinantes antes de darse cuenta que son el uno para el otro.

Aunque la novela inicie con uno de los clichés más recurrentes en la historia: el flechazo o amor a primera vista, “Melocotón loco” se distingue por la enérgica personalidad de su protagonista, que lejos está de ser una mujer sumisa y tradicional pero que se verá en una disyuntiva cuando descubre que su aventura de una noche con un suizo, terminó en un embarazo no deseado. Sin estar plenamente segura de tener al bebé o no, Ana regresa en las vacaciones de invierno a su natal Londres para visitar a su acaudalada familia. En medio de presiones y chantajes emocionales, Ana termina diciéndole a sus padres que va a tener un hijo con un bombero de ensueño llamado Rodrigo (quien en realidad sólo la ve como una gran amiga). Gran error. La mentira empieza a tomar dimensiones inimaginables cuando el galán de fuego se entera del engaño y se ve obligado a seguirle la corriente para no decepcionar a los padres de la fotógrafa.

Sin mayor pretensión que retratar a la mujer independiente y moderna, Megan Maxwell se ha ganado un lugar muy especial en la llamada chick lit, la cual se caracteriza por presentar historias sobre la vida de mujeres jóvenes y encantadoras, especialmente solteras, con un trabajo estable y un relajado estilo de vida. Dentro de este género, la autora de la serie “Pídeme lo que quieras”, “Olvidé olvidarte”, “Adivina quién soy” y “Te lo dije”, demuestra por qué se está convirtiendo rápidamente en toda una autoridad dentro de la comedia romántica.

Esta y otras razones más bastan para celebrar la obra de Maxwell y reafirmar que, si bien, el amor es un perro del infierno como diría Bukowski, también nos puede llenar de magia y esperanza, de pasión y alegría, pero siempre de recuerdos y experiencias para alimentar nuestra vida.

– Megan Maxwell: “Melocotón loco”. México D.F. Planeta 2014, 436 pp. 

Por Orianna Martínez

MasCultura 27-Ene-15