Las Catrinas

 

Renata y Violeta son almas gemelas; dos amigas que desde pequeñas se acompañaron y fueron cómplices en cada una de sus aventuras. Ahora han crecido y quieren explorar los límites de lo establecido… Así es como nacen Las Catrinas, un grupo de chicas rebeldes, rudas, audaces, crueles y con la transgresión como bandera. Todo pareciera tener sentido si no fuera porque un gran y poderoso obstáculo se ha interpuesto entre ellas: el amor. ¿Qué harías tú si tuvieras que elegir entre tu mejor amiga y el amor de tu vida?

Lorena Amkie

Defeña de nacimiento, escritora de vocación, Lorena Amkie estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y al graduarse trabajó como editora en revistas y otros medios impresos. En 2006 se hizo acreedora a la beca del FONCA Jóvenes Creadores, lo que la llevó a dedicarse de lleno a la literatura. En 2010 publicó Gothic Doll, novela juvenil que agotó 20 mil ejemplares en el primer semestre y que se convirtió en una trilogía editada por Grupo Planeta (2012-2014). En 2015 publicó El Club de los Perdedores (Grupo Planeta), novela acerca del bullying que ha cruzado fronteras, publicándose en todos los países de habla hispana y utilizándose como referencia en colegios. Es un miembro activo de la Brigada para Leer en Libertad AC, dedicada al fomento de la lectura, que publicó en 2015 su libro de cuentos de protesta Relatos de Impunidad. Imparte talleres de escritura para jóvenes y cuenta con una columna semanal en el periódico digital Sin Embargo y una mensual en la revista juvenil Tú. En sus tiempos libres hace muñecos de peluche y se dedica a labores de rescate canino.

 Las Catrinas

Noche. Viento frio con olor a lluvia sucia en la cara. Corro, ah, Corro. Me alejo de no sé que , pero me alejo; supo por cada poro, soy invencible, soy para mi y nada mas. Quiero rebasar la velocidad del dolor. Rebasar el dolor. Ir mas rápido. Ganarle. Eso, sangre moviéndose por mis venas para hacerme mas rápida; mejor en vez de para andarme rellenando el corazón de estupideces.

VEINTICINCO

Perder mi nombre

10:22 p.m.

Pantitlán. Espero aquí bajo el letrero de la estación de metro, toda de negro y empapada de pies a cabeza, porque llegue a las diez en punto, como decía el mensaje de Violeta, y el dios del agua me odia

10:55 p.m. 

Tiene que hacerme esperar, claro, deben estar refugiadas bajo algún toldo en los alrededores, burlándose de cómo mi ropa se seca y una nube mas tarde se vuelve a empapar. Tal vez podrían haber dirigido una acamara de transito para… no. Eso no podría hacerlo mas que Mateus.

 Información extraída de las Catrinas ,Lorena Amkie, México: Editorial Planeta, 2016.

 

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MasCultura 01-11-16

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