Walter Schmidt: notas sobre un instante en la música

                                                   El periodismo musical consiste en gente que no sabe escribir entrevistando a gente que no sabe hablar para gente
que no sabe leer.
Frank Zappa

Tenemos la necesidad de crear lenguajes con los sonidos y las palabras para poder imaginar un movimiento y una intensidad creativos. Después del silencio lo que más se acerca a una expresión inefable es la música. Es el equivalente a algunas de las más decisivas pasiones del hombre. Tanto así que su capacidad se ha hecho extensiva a todas las demás artes para evocar experiencias.

Walter Schmidt, quien ha mantenido un compromiso personal profundamente marcado por la acción artística y un discurso natural, sabe mantenerse vigente desde 1970. Músico, pionero del periodismo musical, bioexplorador y cómplice de los reptiles, director y editor de la mítica revista de música Sonido, inició escribiendo la sección “Cacería de grupos”, donde hacía reseñas de intérpretes de rock en oposición, krautrock o las vertientes de la música electrónica, mencionaba a músicos como Karlheinz Stockhausen o John Cage, algo poco común en México en ese tiempo. Por Radio Educación trasmitió por más de doce años ininterrumpidos el programa Música Marginal, entre los años ochenta y noventa.

El inicio de su metamorfosis se dio con la creación y exploración musical de la banda Decibel. Inició la escena punk y techno pop con Size y Casino Shangai, grupos de culto en la escena del rock nacional.

Considerado héroe de la llamada “otra música”, Walter tiene la satisfacción de ser considerado por científicos de la UNAM, Conabio y la Semarnat como uno de los principales expertos del género Abronia dentro de la conservación de lagartos, reptiles y anfibios de México. Esta afición lo ha llevado a leer durante más de treinta años todo sobre herpetología, colaborando en revistas científicas nacionales y extranjeras. Entre letras y música su camino no conoce interrupciones.

Platicamos en su estudio, donde se percibe su sensibilidad y un aroma a reptil.

¿Cómo inicias tu gusto por el periodismo musical?
Siempre traté de oír cosas que nadie oía en México, iba a las tocadas de Los Dugs Dugs y La Tinta Blanca en frontones en la del Valle, Narvarte o en la pista de hielo de Insurgentes. Compraba discos en Hip 70, donde conocí a Vivianne Klein, esposa del Carlos Hauptvogel, baterista de Three Souls in My Mind, y ella era periodista de rock. En ese tiempo yo era muy amigo de Humberto Álvarez (MCC, Casino Shangai, Sangre Azteca) y nos sugirió que fuéramos a ver a Armando Molina, una de la piezas clave del festival Avandaro, quien nos brindó una sección que se llamó “Cacería de grupos”. Colaboré con México Canta y La Edad del Rock, bajo la dirección de Armando Blanco, y en Rock Poster, de José Luis Pluma, quien fundó la revista Conecte.

¿A quiénes entrevistaste durante los años de Sonido?
Tuve la oportunidad de estar un par de veces en Inglaterra y conocí a Peter Gabriel, él mismo me fue a ver al hotel para que lo entrevistara. También a Queen, Scorpions, Kiss, Def Leppard, muchos otros, pero recuerdo más a los artistas que me gustan. Fue maravilloso conocer a uno de mis héroes, Robert Wyatt, baterista de Soft Machine; él mismo me abrió la puerta de su casa y me estuvo sirviendo el té. Estuve con el compositor David Bedford, quien hizo la versión “The Orchestral Tubular Bells”, de Mike Oldfield; visité a David Vorhaus, pionero de la música electrónica en Inglaterra. Para mí era maravilloso estar en contacto con mis héroes y que ellos me platicaran cómo pensaban su música. Nunca he dejado de escribir y este año cumplo cuarenta y cinco años escribiendo.

Háblanos de tus experiencias en la prensa.
Algunas veces me invitan a Estados Unidos y fui a la presentación del disco de oro Parallel Lines, de Blondie, y platiqué con el grupo. Después les hicieron un coctel en una boutique muy famosa de Los Ángeles, a donde llegó el grupo en un tanque de guerra que rentaron para el acto. Saludé personalmente a Ray Manzarek de The Doors; Stiv Bators, de The Dead Boys y a Joan Jett & The Runaways.

¿A quién admirabas cuando estabas en Sonido?
Indudablemente a John Peel, fue mi ejemplo; a mi nivel hacía lo mismo, porque él tenía su programa de radio, famoso por las “Peel Sessions”, y yo también tenía mi programa de radio. No fue por imitar. Pero en ese tiempo me ofreció hacer programa mi amigo Eduardo Ruiz Saviñón, director de teatro que era el director de programación en Radio UNAM.

¿Qué te gusta leer?
Fui fan de la ciencia ficción, me devoraba los libros de Ray Bradbury, Isaac Asimov y Philip K. Dick; para finales de los sesenta era fan del terror de H. P. Lovecraft, aunque ahora lo leo y siento que tiene cierta ingenuidad, cierto romanticismo que se me hace divertido. En los setenta me influyeron mucho las lecturas de mi amigo Carlos Robledo, él tenía un afán por los escritores malditos como Rimbaud y Baudelaire y los escritores del surrealismo como André Breton, o el Manifiesto Dadá. Posteriormente me influyó mucho El nuevo mundo amoroso, de Charles Fourier, y la Teoría de los cuatro movimientos, te hablaba de todo un abanico de la sexualidad. También Nuestra Señora de las Flores, por Jean Genet; tuve la dicha de ver la obra en teatro con Lindsay Kemp Company, que es uno de los maestros del teatro del siglo XX.

¿Por qué medios te enterabas de lo que pasaba en la música?
Había más publicaciones extranjeras, como las revistas inglesas New Musical Express o Melody Maker. Aunque llegaran dos meses atrasadas, traían toda la información musical.

¿Qué es lo que más recuerdas de ese tiempo?
Estaba inmerso en la industria musical y me di a la tarea de escribirles directamente a las disqueras de Europa y Estados Unidos, ellos me mandaban la información, los discos y las fotos, era un proceso lento porque les mandaba las preguntas escritas y los músicos me contestaban personalmente por escrito. Era sensacional que recibieras una carta de The Residents o de Univers Zero. Aún tengo muchas cartas, como la correspondencia de Chris Cutler, fundador del sello británico Recommended Records.

Por Ulysses Avath

MasCultura 21-jul-16