A mares llueve sobre el mar
La vida de José Emilio Pacheco, escritor incansable, querido por millones de lectores y famoso por obras como “El principio del placer” y “Las batallas en el desierto”, es narrada por su hija Laura Emilia Pacheco en su más reciente libro para niños “A mares llueve sobre el mar”. En entrevista, la hija del también poeta nos habla sobre el proceso creativo de esta novela, sus pasiones literarias y el gran reto de escribir sobre su padre al poco tiempo de su fallecimiento.
¿Por qué decidiste contar la vida de tu padre a través de los ojos de Orso?
El personaje de Orso, un gato, me sirvió para tomar distancia y darle un tono más ligero a una narración que, de otro modo, podría resultar algo pesada. Más que una biografía es un recuerdo de José Emilio Pacheco. Qué cosas lo formaron, cuáles fueron los eventos que influyeron su obra, cuáles fueron algunas de las personas importantes en su vida. Aunque inicialmente está pensado para ser una lectura destinada a muy jóvenes, creo que puede leerlo toda persona que se interese en su obra.
Cuando la Editorial SM me pidió que escribiera el libro, inicialmente me negué. La muerte de mi padre es todavía muy reciente (enero 2014) y me parecía una locura. Una vez que me decidí, no sabía cómo abordar el tema de alguien que, por un lado es un hombre de familia, y por el otro un escritor reconocido. Recordé entonces la novela Flush de Virginia Woolf, donde el narrador es un perrito y es así que “le pedí” a Orso que me ayudara a contar una historia. Orso sí exisitió. Mi padre lo quiso mucho. De modo que era el compañero perfecto para acompañarlo en este recorrido de la memoria.
En el libro se describe a un José Emilio Pacheco como un escritor incansable, cuéntanos un poco sobre su rutina diaria.
Desde el primer día que albergo en mi memoria hasta la última vez que lo vi, siempre estaba leyendo o escribiendo. Era un lector infatigable, a quien le interesaban todos los temas habidos y por haber. Aún de un libro malo él podía extraer algo valioso, alguna enseñanza. Creo que esa era una de sus mayores virtudes: ver lo que a otros se nos escapa. Su vida eran los libros. Siempre dijo que sin ellos no podría vivir. En ese sentido, vivió rodeado de la biblioteca que formó, poco a poco y con enormes trabajos a lo largo de los años.
El mar es una referencia constante en el libro (desde el título). ¿Por qué le gustaba tanto el mar a tu padre?
En el libro cuento que la familia de su bisabuelo estaba compuesta por marineros. Quizá de ahí nació su amor por el mar, no lo sé. Lo que sí puedo decir es que lo fascinaba. No el mar de sol, playa y vacaciones, sino el mar embravecido, salvaje, ingobernable.
Es sabido que José Emilio Pacheco tenía muchos libros (“Si no lees no puedes escribir”, decía). ¿Sabes de cuántos libros consta su biblioteca?
Ni yo, ni mi madre ni mi hermana sabemos cuántos libros tiene la biblioteca. Él tampoco lo sabía. Le causaba mucha risa cuando alguien llegaba a la casa y, agobiado por los libreros que cubren todas las paredes, hacía la pregunta que nunca hay que hacerle a un escritor: “¿Y ya los leíste todos?” En el libro hay una ilustración de una casa hecha a base de libros, en vez de ladrillos. Creo que eso lo resume bien.
Su temor era ganarle tiempo al tiempo para leer. Vivió leyendo y leyó hasta el último día de su vida. Él decía que sin lectura no podemos entender al mundo; no podemos entendernos los unos a los otros; no podemos entendernos a nosotros mismos.
Háblanos sobre las ilustraciones de Mario Rosales.
Conocí a Mario a través de Editorial SM. Él, Olga Correa (editora del libro) y Ana Arenzana (directora editorial de SM), con quienes estoy profundamente agradecida, hicieron un enorme esfuerzo para que el libro saliera bien.
Con Mario y con Olga sostuve algunas reuniones en que les mostré libros, fotografías, objetos (algunos de los cuales salen retratados en este volumen) para que Mario tuviera una idea más clara de cómo era JEP, como mucha gente llama a mi papá con cariño.
Mario captó muy bien el ambiente y la personalidad retraída de un escritor al que no le gustaba mucho salir de su casa, su refugio. Creo que hizo un trabajo extraordinario.
Para los niños y jóvenes interesados en los libros de tu padre, ¿qué títulos sugerirías para iniciarse en su obra?
La poesía siempre fue lo que más le interesó a él. Se preocupaba mucho de que la educación de los niños y los jóvenes no incluye ya poesía, rimas, juegos de palabras que nos permiten acercarnos a nuestro idioma, conocerlo y, por lo tanto, pensar y expresarnos mejor.
Yo invitaría a los más pequeños a acercarse a sus poemas sobre animales, para empezar. A los jóvenes los invitaría a leer su poesía (sobre el mar, el amor, los eventos cotidianos) y, desde luego, libros de cuentos como El principio del placer.
Mascultura 12-Mar-15