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El atentado de las palabras: Entrevista con Jorge Zepeda

¿Cuál es tu opinión sobre las relaciones entre literatura y el periodismo en el contexto actual?
La relación entre periodismo, novela policiaca y thriller es muy estrecha. Estos géneros son una especie de realidad ampliada. La novela policiaca habla de zonas oscuras de la sociedad; el thriller político de la zona oscura de la élite. No es casual que los autores del género tengan un origen periodístico. Un periodista tiene muchos de los insumos que requiere esta perspectiva.

¿Por qué abordar el tema de la FIL en Los usurpadores?
Requería de un incidente que sumergiera al Estado mexicano en una crisis profunda de inestabilidad y de legitimidad; era necesario crear una tragedia internacional y una realidad ampliada de la crisis política que vive México.

Sobre la recreación de la ciudad y los personajes…
Para el autor de Latinoamérica, hacer novela policiaca es un desafío, porque el recurso tradicional que representa que el héroe sea un comisario de policía es muy difícil de vender en México. Presentar la noticia de un judicial honesto es poco verosímil. Un Sherlock Holmes en México, en la actualidad, terminaría en una zanja.

¿Estamos en un país colapsado?
Tenemos una crisis política, hay un vaciamiento de los partidos políticos, ya no representan banderas sino cascarones que disputan las fracciones en un interés mezquino. Hay una especie de exasperación y se nota en la elección y los linchamientos. El impulso de la gente al tomar justicia por su propia mano es un indicador de la desconfianza absoluta hacia las instituciones. No hay un colapso, pero sí una situación de fractura entre las élites y el hombre de pie.

¿Existe alguna perspectiva de cambio social en México?
No creo que el cambio venga desde arriba. La única posibilidad que existe es una presión desde abajo. Hay gente como Los Azules en los estratos de la sociedad que se niegan a que los poderosos les pasen por encima.

¿Tenemos buen periodismo?
Pienso que sí, hay expresiones de buen periodismo. Pero, por otro lado, el periodismo está en crisis, por una razón económica; el modelo de negocio que existió se ha quebrado en la medida que la información se ha hecho gratuita en las plataformas digitales. Significa que es difícil rentabilizar la profesión en este momento.

La información y desinformación en internet y su impacto en México, ¿repercute en tu novela?
La conversación pública estuvo monopolizada durante siglos por la clase política y los medios de comunicación, pues éstos definían qué se publicaba. A partir de la las redes sociales, esta conversación se desmonopoliza, es un momento de transición; un meme ingenioso sustituye un buen reportaje, argumento o razonamiento. La gente consume información más para divertirse que con el objeto de conocer realmente. Eso es preocupante.

Por Ulysses Avath

MasCultura 23-ene-2017