Alejandro Magallanes entrevista a Enric Jardí

Alejandro Magallanes entrevista a Enric Jardí

Pocos son los autores que escriben y reflexionan sobre el diseño gráfico en España y Latinoamérica. Resulta una ironía que apenas si existan libros sobre quienes diseñan los libros: quienes los conciben, los desarrollan y eligen la forma de sus contenidos expresados en letras e imágenes. ¿Cómo se llama la letra en la que usted está leyendo este texto? ¿Cómo se llama el diseñador o diseñadora que ordenó este texto para usted? ¿Qué decisiones se tomaron para que esta pregunta se vea como se ve, en este tamaño y con este espacio?

Enric Jardí (Barcelona, 1964) es un autor y creador multifacético que combina el oficio de diseñador, la escritura, el pensamiento y la enseñanza. Si usted consulta la página web de Jardí, reconocerá varios libros y otros diseños que probablemente haya visto o tenido entre sus manos antes. Entre mis libros favoritos recientes está Teoría de la gravedad (2019), de Leila Guerriero, publicado por la editorial Libros del Asteroide, con diseño de Jardí. Los temas que le interesan son variados: desde libros para niños hasta la arquitectura, el diseño y la semiótica.

En esta ocasión, Enric y yo nos reunimos para platicar sobre dos de sus libros mas recientes: Cincuenta y tantos consejos sobre tipografía (2021) y particularmente sobre Por qué las páginas son así. Un debate fundamental para entender el diseño tipográfico hasta hoy (2023), con textos de William Morris, Jan Tschichold, Stanley Morrison, Eric Gill, Beatrice Warde, Max Bill, Paul Renner, Herbert Bayer y Josef Müller-Brockmann.

Acabo de recibir tus libros Por qué las páginas son así y Cincuenta y tantos consejos sobre tipografía, ambos publicados por la Editorial Gustavo Gili. Tu manual sobre tipografía ya es un clásico…

El de Cincuenta y tantos consejos sobre tipografía es una nueva edición con contenidos actualizados, algunas correcciones a la anterior e, incluso, ciertos cambios de opinión. Me alegra que también exista una edición en catalán. El libro Por qué las páginas son así consiste en una recopilación de textos de autores, algunos de los cuales originalmente habían sido traducidos, compilados y editados por Josep Maria Pujol (1947-2012). He ampliado y ordenado dicha selección con otros escritos, y a cada uno le he redactado una introducción en la que explico las circunstancias en que fueron creados, además de datos y precisiones sobre sus autores.

En la introducción del libro aclaras el porqué de tu título Por qué las páginas son así, pero no el de Las dos tipografías.

Creo que en 2023 lanzar un libro que habla de la forma de las letras con el título de Las dos tipografías hubiese resultado engañoso. Esto es porque la palabra tipógrafo ha cambiado de significado a lo largo del tiempo. Antes, el tipógrafo era un punzonista: el que hacía las letras; después un componedor de letras. En la época de Tschichold y otros autores, un tipógrafo no era alguien que componía, pero sí que se servía de las letras para organizar la página. Ahora tipógrafo suele referirse otra vez a quien diseña las letras.

El tema del libro es por qué armamos las páginas así. La palabra página resulta un poco ambigua también: por página me refiero a cualquier superficie sobre la que ponemos texto: puede ser un cartel, una página de libro o incluso una pantalla de ordenador. 

El primer texto de Por qué las páginas son así lo escribió William Morris (1834-1886). En la introducción hablas de las circunstancias en las que diseñó sus hermosos libros en plena Revolución Industrial.

Las historias del diseño gráfico normalmente comienzan con el movimiento arts and crafts, liderado por Morris. Esto puede parecer un poco contradictorio, sobre todo por tratarse de una obra muy decorada y contraria a la idea que tenemos ahora del diseño. Morris observa que los objetos producidos industrialmente son feos, e intenta crear objetos asequibles y bellos, entre ellos, los libros. William Morris era comunista y un utopista: una persona que creía en el progreso, aunque mucha de su obra tiene un espíritu nostálgico y una recreación de estilos medievales y renacentistas muy ornamentados.

Me sorprendió que en tu texto sobre Paul Renner lo emparentaras con Morris, más que con la Bauhaus.

Uno de los legados de Paul Renner (1878-1956) es la tipografía Futura, pero tiene muchas otras cosas, como podemos leer en su texto. Respecto a la Futura, los profesores siempre decimos “mira, ésta es una letra construida con regla y compás, que se basa en las formas básicas”, una idea muy de la Bauhaus: construir la realidad a partir de las formas geométricas básicas. Pero en realidad la Futura bebe más del art decó, por ejemplo, de la tipografía Kabel y del mundo de la decoración. Por cierto, yo siempre he ligado mucha de la escultura mexica con el estilo decó.

Hay dos casos en el libro de personajes más conocidos por las tipografías que nos han dejado que por otro tipo de obra. Uno es Renner y el otro, Eric Gill (1882- 1940) también muy famoso como escultor. Gill hizo una letra para un comercio que se convirtió en la primera letra de palo seco para texto.

Otro de los textos en el libro es la introducción de Retícula y filosofía del diseño, de Josef Müller-Brockmann, cuyo libro también fue publicado por Gustavo Gili, y en el que vemos que mucho de lo que entendemos por diseño ha sido influenciado por su pensamiento.

Yo tengo una edad y pertenezco a una generación en la que la retícula era, entre ciertos maestros, un tema de veneración, algo sagrado. Se hablaba de programas de diseño y de cómo el diseño tenía que salvar el mundo. Se trataba de una idea muy científica, que viene un poco de la Bauhaus, y a la vez de los círculos suizos y alemanes. Ellos crearon lo que llamamos diseño internacional. Este tipo de racionalismo europeo representó un importante referente para el diseño gráfico .

A lo largo de los años ha permanecido una idea que yo considero equivocada: que no puedes diseñar sin una retícula. Uno de los cambios entre las ediciones del libro es que en la anterior yo decía “no puedes diseñar sin retícula”, y en ésta pienso “tú no tienes que diseñar una ridícula, sino que, al diseñar una página, tienes que ver con qué elementos cuentas, organizarlos para ver cómo funcionan y después puede que necesites una retícula para resolver una serie de páginas, no una página, sino una serie”. Yo creo que a todos los diseñadores nos gustan y son un buen modelo, pero en el fondo la retícula resulta un poco engañosa y representa tal vez el vicio de los años sesenta, setenta e incluso ochenta, que es cuando yo me formé. La retícula está sobrevalorada.

Háblanos de la portada que diseñaste para tu libro, con un triángulo blanco en la parte superior derecha.

Este triangulito es mi homenaje secreto al ícono que Susan Kare hizo para representar una página en el sistema operativo del primer Macintosh y que me parece genial: con los pocos recursos que tenían en aquel momento dibujaron un documento como un rectángulo al que se le dobla una esquina. Me gustan mucho estas sutilezas.

Enric, pienso que, en ambos libros, que son muy serios e informados, escribes con una dosis de humor.

Tienen humor, sí. Mi estilo consiste en no tomármelo muy en serio. Yo creo que es importante no tomarnos muy en serio, porque esto también desarma las cuestiones dogmáticas y las creencias. +